Milosevic acepta una masiva vigilancia internacional por tierra y aire en Kosovo
El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y el negociador de Estados Unidos, Richard Holbrooke, llegaron a un acuerdo sobre las modalidades de verificación del cumplimiento de la resolución de la ONU sobre Kosovo, según se anunció ayer en Belgrado. El acuerdo frena, al menos de momento, los planes de la OTAN de emplear su fuerza aérea contra Serbia. Milosevic acepta la presencia en Kosovo de 2.000 supervisores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y una supervisión desde el aire. Belgrado anunció elecciones en esa provincia antes de un año.
Holbrooke regresó de Bruselas a Belgrado, en la madrugada de ayer, y convocó una rueda de prensa en el hotel donde se hospeda. Poco antes del mediodía, expuso durante media hora lo conseguido en sus maratonianas negociaciones con Milosevic. El resultado inmediato más palpable: la suspensión temporal de los planes de bombardeo de la OTAN hasta la constatación de que lo acordado es puesto en marcha. Explicó Holbrooke que "es imprescindible el cumplimiento de la resolución 1.199 del Consejo de Seguridad. Acordamos con Milosevic un programa de verificación, con un importante programa de comprobación aérea. Sobre el terreno, la OSCE tendrá en Kosovo 2.000 personas con una misión de verificación [con un grupo militar de reacción rápida para protegerles que se acantonará cerca de Pristina, según Efe]. No son observadores, sino verificadores de ese cumplimiento", dijo el mediador.Añadió Holbrooke que "participarán todas y cada una de las naciones de la OSCE y tendrán apoyo de las autoridades yugoslavas. En cualquier sitio de Kosovo donde quieran estar tienen garantías de seguridad por parte del Gobierno yugoslavo y van a tener estatuto diplomático. Entre otros objetivos y misiones está la de supervisar todas las elecciones durante lo que llamamos el futuro acuerdo político que nos trajo hoy aquí y otras muchas, que estoy seguro que me he olvidado".
Según Holbrooke, las negociaciones abarcaron tres anillos y se han logrado acuerdos en los dos primeros: 1) Programa de verificación sobre el terreno con 2.000 verificadores de la OSCE que tendrán permiso y apoyo por parte del Gobierno yugoslavo. Ellos no sólo estarán encargados de comprobar el cumplimiento, sino también de ayudar a organizar y control de las elecciones, apoyar a organizaciones humanitarias, ONG, etcétera.
2) El programa de verificación aérea con aviones que no son de combate. Este punto aún necesita un acuerdo formal, y Holbrooke anunció que en muy poco tiempo acudirán a Belgrado para firmarlo el secretario general de la OTAN, Javier Solana, y su máximo jefe militar, el general norteamericano Wesley Clark, que "se preparan con entusiasmo para el viaje". Añadió Holbrooke que "también Rusia va a participar en este programa y esto es muy importante".
3) Negociación sobre el futuro de Kosovo. En este punto Hol-brooke pasó la pelota a su colega, el embajador estadounidense en Macedonia, Christopher Hill, quien lleva la negociación con el Gobierno de Belgrado y con los albaneses de Kosovo sobre la modalidad para devolver a la provincia de mayoría albanesa alguna forma de autonomía y autodeterminación. "Las autoridades de Belgrado harán una declaración más tarde. Esperamos que sea el punto de inflexión sobre el destino de las nacionalidades en Kosovo, serbios, albaneses y todos los demás", dijo el mediador.
Los puntos pendientes, según Holbrooke, son la retirada de las fuerzas de seguridad de Serbia; el regreso de los refugiados a sus casas; poner fin a la violencia militar por ambas partes; reparación de daños y destrucciones, en algunos casos innecesarias, y la creación del proceso político en Kosovo.
No había pasado media hora de la conferencia de prensa de Holbrooke, cuando Milosevic anunció por televisión: "Los acuerdos conseguidos despejan el peligro de una intervención militar contra nuestro país. En cuanto a la solución política, será orientada hacia la afirmación de la igualdad de derechos nacionales de todos los ciudadanos y todas las comunidades nacionales en Kosovo". Milosevic no mencionó para nada las concesiones realizadas al admitir la verificación internacional sobre Kosovo y la afirmación de "la soberanía y la integridad territorial" de Serbia. Poco después, su Gobierno anunciaba elecciones en Kosovo antes del otoño de 1999.
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