Italia se encamina hacia un Gobierno de gestión debido a la crisis política
No hubo encuentros oficiales ayer en la sede de la presidencia de la República italiana, pero se multiplicaron los contactos entre los distintos líderes y fuerzas políticas a la búsqueda de una salida a la crisis abierta el viernes, cuando el Gobierno presidido por Romano Prodi perdió por un voto la moción de confianza. Prodi dejó ayer muy claro en un mitin del Olivo que no está dispuesto a regresar a Roma para "presidir un gobiernillo".
Es decir, un Ejecutivo de urgencia con la misión de aprobar los Presupuestos a cualquier precio y cubrir el expediente hasta la elección en mayo próximo del nuevo presidente de la República. Todo apunta ahora a que dicha tarea podría recaer en un ministro técnico, como el titular del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, de 77 años, o en un ex democristiano, como el presidente del Senado, Nicola Mancino, de 67 años.La guerra sucesoria al Palazzo Chigi -sede de los Gobiernos italianos- ha estallado. Y con ella las declaraciones en clave lanzadas por los líderes de los diferentes partidos como granadas de mano contra sus rivales. El primer ministro, Romano Prodi, y su más estrecho aliado, Walter Veltroni, defendieron ayer en Bolonia la vitalidad del Olivo, al que todavía "quedan muchas tareas por completar", y justificaron el descalabro en la votación del pasado viernes echando mano a la integridad de sus posiciones. "Soy una persona audaz", dijo Prodi, "si entendemos por audaz en un país de saltimbanquis al que mantiene una línea y acaba con el transformismo", y no al más rápido en cambiar de opinión.
Y a partir de ahí defendió su negativa a hacerse cargo de un Gobierno de circunstancias. "Hay que avanzar así", dijo, "sin partidas de ajedrez", en clara alusión a las maniobras dirigidas por su aliado en el Olivo, Massimo d"Alema, líder del principal partido de la coalición, el de los Demócratas de Izquierda. D"Alema está preparando, según muchos analistas, su desembarco en Palazzo Chigi, pero para ello necesita algo de tiempo. La candidatura de D"Alema al frente del próximo Gobierno de centro-izquierda contaría con el apoyo del ex presidente de la República Francesco Cossiga y, eventualmente, hasta con el del secretario general del partido de Refundación Comunista, Fausto Betinotti.
Coherencia política
Prodi dejó claro que no está dispuesto a plegarse a los deseos de D"Alema, entre otras razones, por coherencia política. A este respecto, Veltroni denunció las presiones de algún diputado (un miembro de la Liga Norte) que el viernes intentó "vender" sus votos a cambio de prebendas. Ambos salían así al paso de las durísimas críticas hechas por D"Alema, que llamó "diletantes de la política" a los "fontaneros" del profesor boloñés que se empeñaron, dijo, en pedir el voto de la Cámara "cuando estaba claro que no tenían la mayoría". Arturo Parisi, uno de los dos subsecretarios de Prodi, asumió ayer la responsabilidad en los errores de cálculo que provocaron la caída del Ejecutivo, derrotado el viernes por 312 frente a 313 votos.Lo que queda del Olivo podrá contar al menos con un nuevo aliado, Armando Cossutta y su veintena de diputados. El ex presidente de Refundación Comunista consumó ayer la escisión en el seno de los neocomunistas dando vida en el cine Metropolitano de Roma a un nuevo partido, el de los Comunistas Italianos (PCdI), que cuenta ya con un grupo parlamentario propio, en la Cámara y en el Senado. Cossutta, cuya ruptura con Fausto Bertinotti estuvo a punto de salvar al Gobierno el viernes pasado, ha quedado ahora como un líder a la deriva, obligado, por tanto, a vender más cara la piel de su partido. Y si el viernes por la noche con la derrota del Olivo caliente se avino a apoyar un nuevo Gobierno codo a codo con el ex presidente de la república Francesco Cossiga, ayer se retractó y aseguró que sus votos no apoyarán a ningún Ejecutivo "que cuente con el respaldo de Cossiga".
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