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Detenidos tres informáticos que vendían por Internet miles de programas "pirateados"

Las compañías afectadas cifran en 28.000 millones las pérdidas ocasionadas por la banda

Un piso de Móstoles (198.000 habitantes)era la tapadera de un imperio informático de la falsificación. Desde allí, tres tecnodelincuentes (ninguno con más de 23 años) habían conseguido copiar y falsificar miles de programas de ordenador y juegos de CD-ROM ocasionando un daño que las compañías afectadas (Microsoft, Adobe, Anaya, Aranzadi...) cifran en 28.000 millones de pesetas, según la Dirección General de la Policía. Para extender su ilícito negocio, que fundaron en 1995, los piratas informáticos utilizaron supuestamente las redes de Internet.

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Copia y original

Los delincuentes informáticos detenidos son Raúl A.S., conocido como Bigfoot, de 22 años y cerebro de la red; su hermano Juan Antonio A.S., de 19, y Abel F.G., alias Chacal, de 23. Los tres están acusados de un delito contra la propiedad industrial. Según los investigadores, este grupo se dedicaba a la reproducción y venta de copias de programas informáticos originales.Para publicitar y vender el material falsificado poseían dos páginas web en Internet y dos correos electrónicos. Además ponían a disposición de los clientes un teléfono móvil.

El caso salió a la luz tras las denuncias formuladas en las comisarías de Madrid y Barcelona por representantes legales de las compañías Editorial Aranzadi, Microsoft Corporation, Autodesk Incorporated, Wolters Kluwer España, Adobe Systems Incorporated y Anaya Multimedia.

Las pesquisas policiales llevaron hasta dos pisos situados en las calles de Bécquer y Severo Ochoa de la localidad de Móstoles.

Abordaje policial

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El abordaje policial se produjo el pasado miércoles. Agentes de la Unidad Central de la Policía Judicial registraron los pisos y arrestaron a los tres jóvenes piratas. Ninguno de ellos opuso resistencia.Entre el material requisado había una inmensa biblioteca informática compuesta por 1.148 masters de programas, miles de juegos y utilidades en CD-ROM y discos duros. Asimismo, fueron intervenidos cuatro grabadoras, cuatro lectores y ordenadores valorados en más de cuatro millones de pesetas. En el mismo lugar también se hallaron ejemplares de programas informáticos, varios ordenadores y tarjetas copiadoras. Los investigadores sostienen que los detenidos vendían sus copias en Madrid, Valencia, Zaragoza, Tarragona, Navarra, Sevilla, Asturias, Lugo, Vizcaya, Zamora, Toledo, Segovia, Baleares, Guadalajara y Canarias.

Los cibernéticos se anunciaban en revistas de anuncios gratuitos, como Segunda Mano. También emplearon prensa local, como el semanal Mercado Móstoles.

Próspero negocio

El próspero negocio del software de contrabando comenzó como un juego, según confesaron los detenidos a la policía. Al principio vendieron copias ilegales entre amigos. Ante la demanda de solicitudes, extendieron el comercio ilegal hasta vender contra reembolso los disquetes y programas falsificados. Las ganancias eran rápidas y fáciles. En menos de tres meses se embolsaron tres millones de pesetas.Según fuentes policiales, vendían cada disco compacto por 2.000 pesetas (en el mercado oscilan entre las 10.000 y las 20.000 pesetas). También ofrecían discos compactos mixtos (que reproducen música e incluyen programas informáticos) a 3.000 pesetas. En sus tarifas se incluían programas y juegos a un precio de 1.500 pesetas.

Los padres de los detenidos, que desconocían el fraude que cometían sus hijos, aseguraron a la policía que sus hijos pasaban mucho tiempo delante del ordenador.

Entre la documentación intervenida por los agentes hay facturas y albaranes que pueden desembocar en la captura de más personas implicadas en el negocio fraudulento. Según la policía, el dinero ganado lo invertían en ordenadores, en viajes y en juergas nocturnas.

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