La juez deja en libertad bajo fianza a los propietarios de la barca siniestrada en Banyoles

Benet Gayolà y Simón Rodríguez, propietarios de la barca que naufragó el jueves en el lago de Banyoles causando la muerte de 20 jubilados franceses, volvieron ayer a las dependencias del juzgado que instruye la causa para prestar declaración ante la juez. Anoche, la juez les dejó en libertad bajo fianza de 5 millones, acusados de una imprudencia grave con resultado de muerte. La magistrada recalcó que su decisión sólo ha tenido en cuenta las diligencias judiciales por ella encargadas y no el informe técnico del Ayuntamiento. El fiscal había pedido para ellos prisión incondicional.

El informe elaborado por un ingeniero naval de la Inspección de Buques de Girona, en el que se detallan las graves modificaciones efectuadas en el casco del catamarán turístico, es el primer documento sobre las causas del desastre. El informe, que el abogado del Ayuntamiento de Banyoles entregó ayer al mediodía a la magistrada, revela que la manipulación efectuada en la embarcación después de ser botada en el lago fue, junto al exceso de pasajeros, la causa principal del fatal naufragio.La magistrada aceptó el documento que le entregó el abogado municipal pero se negó a incluirlo en el sumario porque no fue encargado por el juzgado. La prisa del consistorio por exculpar de responsabilidad al municipio y aclarar cuanto antes el suceso ha chocado con la cautela con la que la magistrada pretendía instruir la causa.

Aumento de peso

Ayer, la juez Montserrat Bastit acusó al Ayuntamiento de Banyoles de entrometerse en las investigaciones abiertas sobre el suceso y reprochó al alcalde, Joan Solana, el haber subido a la embarcación sin contar con el permiso judicial inmediatamente después de que fuera reflotada el jueves por la tarde. Tras el alcalde, también subió al catamarán el consejero de Gobernación de la Generalitat, Xavier Pomés.El informe encargado por el ayuntamiento pone de manifiesto que la potencia de los motores del catamarán y la capacidad de las baterías se duplicó, lo que aumentó considerablemente el peso global. La manipulación más grave, según resaltó el alcalde Joan Solana, es la apertura de dos rejillas de ventilación en la popa del casco, que actuaron como masiva vía de entrada de agua.

En el documento, también se resalta la posibilidad de que se llenara de agua parte de la proa para actuar como lastre y así elevar la línea de flotación trasera.

Además de los dos encausados, ayer por la tarde también declararon ante la juez un grupo de familiares de las víctimas, que habían llegado a Cataluña para recoger las pertenencias de sus parientes fallecidos. Un centenar de familiares que todavía se hallaban en el Hotel Guitart de Lloret de Mar, donde se alojaban los jubilados franceses, partieron ayer en autocar hacia su país.

A pesar de que ayer ya se habían completado las autopsias de las 20 víctimas, la repatriación de los cuerpos no pudo efectuarse porque aún faltaba concluir algunos trámites burocráticos. Las víctimas se encuentran en la funeraria Poch de Girona.

El propietario de la agencia de viajes que organizó la estancia de los jubilados en la Costa Brava agredió ayer a varios de los fotógrafos y cámaras de televisión que intentaban captar imágenes de la partida de afectados y familiares en autocar hacia Francia. Las secuelas de la tragedia se manifestaban todavía ayer entre las personas que se salvaron de morir ahogadas. Uno de los ancianos, al recordar el suceso, cayó desmayado y tuvo que ser atendido por los servicios médicos. El equipo de psicólogos trabajó ayer intensamente para aliviar el trauma que padecen.