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Rotunda apuesta del Rey por la ampliación de la Unión Europea a los países del Este

Xavier Vidal-Folch

El Rey realizó ayer la más solemne apuesta por una Europa ampliada al Este que un representante español haya realizado jamás. Ante el Parlamento Europeo, Juan Carlos I realizó un discurso impecablemente europeísta. Subrayó la necesidad de mantener la cohesión interna de la Unión Europea (UE), y de "exportarla" a los candidatos a la adhesión. Y enfatizó que en ese gran proyecto, como en todos los anteriores, España figurará en el grupo de los más integracionistas. El hemiciclo estaba inusualmente repleto y los parlamentarios aplaudieron la intervención del Rey.

Pero también reaccionaron como ante un fenómeno nada sorprendente o curioso, ante un personaje y un país que forman parte del paisaje propio. Y es que, como recordó el presidente de la Cámara, José María Gil-Robles, "España es hoy una democracia plenamente consolidada".La anterior visita del Rey a Estrasburgo se produjo hace doce años, cinco meses después España "se adhería con entusiasmo al proyecto de integración europea". Con el paso del tiempo "ese entusiasmo no se ha visto mermado ni un ápice", sostuvo don Juan Carlos, como la actuación de España en el club de los Quince "ha demostrado sobradamente". España ha jugado "un papel activo" en la construcción europea, subrayó, remitiéndose a las pruebas: "Nuestra pertenencia a todas las iniciativas de cooperación reforzada" dentro de una Unión que cobra más sentido en un mundo globalizado, porque en éste "no caben las respuestas individuales y autárquicas".

Quizá convenía subrayar esas credenciales en un momento en que el país del orador acusa un protagonismo especial -y recibe más críticas de las habituales- en todas las polémicas de la UE, desde la batalla financiera a las discusiones lingüísticas, pasando por cualquier episodio de la reforma agrícola y acabando en la creciente desconfianza sobre si la actitud española ante la ampliación es realmente favorable.

El Rey despejó bastantes dudas en este último y decisivo asunto. Dio un rotundo espaldarazo a la ampliación, advirtiendo al tiempo que no debe aprovecharse para diluir el grado de solidaridad interna ya alcanzado por los Quince. Espaldarazo reiterado: Europa "tiene la obligación moral" de "superar su pasado inmediato y lograr la reunificación del continente"; "sería un error imperdonable" que los Quince "optaran por constituirse en un club de privilegiados" enrocados en su bienestar que "decidieran ignorar la existencia de otros Estados europeos"; "tenemos una responsabilidad con esos países, que recientemente se han incorporado al modelo" democrático y que "atraviesan por un período difícil", argumentó.

Comparó a esos países del Este con la España de la transición, recordando lo importante que es en ese tipo de cambios contar con "el apoyo" de un entorno más próspero, seguro y estable, razón por la que España se ha "mostrado desde el primer momento partidaria decidida de la ampliación de la UE".

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Pero, ¿qué ampliación?, ¿cómo debe hacerse?, ¿qué sentido tiene?, ¿cómo conjugarla con la UE existente hoy? Respondiendo a esas preguntas implícitas, don Juan Carlos lanzó un mensaje muy rotundo, en la línea tradicional defendida por su país. "Debemos considerar la ampliación como un gran proyecto de solidaridad con los otros países de Europa: esa solidaridad que practicamos en el seno de la UE y que está consagrada a nivel de derecho primario en los tratados , debemos exportarla a los países de la ampliación sin que por este hecho se deba diluir su contenido", sentenció. Es decir, solidarios con los próximos socios pobres del Este, pero no a costa de sacrificar el apoyo a los viejos socios pobres del Sur."Este esfuerzo de solidaridad que se materializa en la cohesión económica y social", precisó, debe revertir en la igualación regional y entre clases sociales, redundando en la eliminación de "las bolsas de pobreza y marginación social hoy existentes". Para todo ello debe acometerse firmemente la política de "lucha contra el desempleo", de la que la Cumbre del Empleo fue sólo "un primer paso", indicó don Juan Carlos.

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