Municipios y empresarios exigen un cambio en el sistema de peajes

Los redactores del documento lo han bautizado como Declaración de Gelida. Se trata de un manifiesto dirigido a la opinión pública en el que se reclama un punto final para el actual sistema de peajes. Así, se exige la supresión de los pagos en torno a las grandes ciudades, la homogeneización de los precios por kilómetro, la supresión de los peajes troncales y su traslado a las salidas. Y, por supuesto, que no se siga adelante con el pacto alcanzado entre Fomento y ACESA para alargar la concesión.

La reunión, celebrada ayer en Gelida bajo la presidencia de su alcalde, Joan Roselló, contó con la asistencia de representantes de 18 ayuntamientos, 4 consejos comarcales, 2 organizaciones municipalistas catalanas, 3 cámaras de comercio, una agrupación territorial de empresarios y otra de usuarios y del puerto de Barcelona. Había representantes de todas las fuerzas políticas parlamentarias y el documento fue aprobado por unanimidad. El manifiesto recoge casi todos los aspectos tratados en la reunión, resumidos en 10 puntos que, entienden los firmantes, son de cumplimiento urgente. Hubo (Josep Maria Campos, de IC, alcalde de Montcada) quien llamó a la acción inmediata, pero la opinión general fue de dar un plazo a los gobiernos central y autónomo para que se den por enterados y avancen algún tipo de respuesta. Los más decididos hablaron de dos semanas; los más templados, de cuatro. Es decir, quieren la respuesta ya. El punto de arranque es el descontento. No en vano el consorcio Xarxa Viària, que ha sido el promotor del movimiento, nace como consecuencia de un hecho vivido como un agravio: mientras que en Cataluña hay tramos de autopista que cuestan a ocho pesetas el kilómetro, los residentes en Gelida lo pagan a 33 y sus vecinos de Sant Sadurní a 22. A 30 pesetas les sale a los que viven en Mollet. Su alcaldes creen que es injusto y que al decirlo reflejan el sentir de los ciudadanos que los votaron. Pero el planteamiento ya no es meramente local. Ya no es sólo el malestar por pagar más que el vecino. Los asistentes a la reunión cuestionan el modelo general de peaje. Parten del hecho de que en España hay 4.600 kilómetros de autovías gratuitas (sólo 193 se hallan en Cataluña) y 2.000 kilómetros de autopistas de peaje. Y anotan la desigual distribución territorial. Por eso hablan de "unas villas y ciudades rodeadas de centenares de kilómetros de accesos libres y de otras sitiadas por las autopistas de peaje". Y esta situación no afecta sólo al bolsillo del particular, sino que reduce "la competitividad de las empresas". Así que afirman: "Entendemos que esta cuestión va más allá de los aspectos locales de cada uno de los ayuntamientos y entidades aquí representados, convirtiéndose en un problema de todo el país que es necesario reconducir". PASA A LA PÁGINA 4