La Guardia Civil alertó a un miembro del Gobierno de que ETA iba a anunciar la tregua

La ausencia de una reacción inmediata del Gobierno ante el anuncio de tregua de ETA, el mes pasado, ha causado perplejidad entre los servicios de inteligencia, que aseguran que el Gobierno había sido alertado de tal probabilidad. La Guardia Civil informó el 12 de septiembre a un destacado miembro del Gobierno que la tregua etarra era "inminente". Pero el presidente del Gobierno, José María Aznar, resultó sorprendido por el anuncio de ETA mientras se hallaba de viaje en Perú y rehusó hacer declaraciones a los periodistas. La cadena SER, que cita fuentes de los servicios de inteligencia, informó ayer que todo apunta a que hubo "una grave descoordinación en el corazón del Ejecutivo".

El desconcierto mostrado por el presidente del Gobierno en Perú, cuando el pasado septiembre se conoció que ETA iba a declarar una tregua indefinida, sigue siendo un aspecto no suficientemente claro. Fuentes de los servicios de inteligencia aseguran que la Guardia Civil ya había alertado en los primeros días de ese mes de que "algo importante se estaba cociendo" en el seno de ETA y las organizaciones de su entorno. El día 12, el instituto armado comunicó a "un destacado miembro del Gobierno" que la declaración de tregua era "inminente".En esa misma fecha, el presidente José María Aznar inició un viaje oficial en Cartagena de Indias (Colombia). Cuando se produjo la declaración de alto el fuego de ETA, el día 16, Aznar se hallaba en Perú y se negó a comentar un hecho que, sin embargo, había conmocionado a la sociedad. En ese momento, responsables de los servicios de inteligencia pensaron, según la cadena SER, que algo grave estaba pasando en el manejo de la información, sobre todo cuando el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, acusó también un total despiste en las primeras horas del anuncio de tregua.

Las mismas fuentes recuerdan que no era la primera vez a lo largo del presente año que la Guardia Civil y el Cesid advertían que algo se estaba fraguando en ETA y su entorno. En concreto, el Cesid informó el 26 de febrero de las reuniones que estaban manteniendo Joseba Egibar, Gorka Agirre y Juan María Ollora (dirigentes del PNV) con Arnaldo Otegi, portavoz de Herri Batasuna, y el abogado Iñigo Iruin.

En los informes del servicio secreto al Gobierno se daba cuenta de las posturas que mantenían HB y el PNV y cómo este partido mostraba su disposición a extender su apoyo al acercamiento de los presos etarras a Euskadi a otros asuntos como el derecho a la autodeterminación. La coalición abertzale, según las apreciaciones del Cesid, daba muestras de tener ya entonces una mejor disposición a entablar conversaciones con los partidos políticos de cara a poner en marcha un proceso de pacificación.

Los servicios de información llegaron a la conclusión de que el documento Ardanza, presentado por el lehendakari, estaba estrechamente relacionado a las conversaciones que mantenían el Partido Nacionalista Vasco y Herri Batasuna.

Según la SER, ésta es la primera vez que los servicios antiterroristas del Estado alertaron de que algo serio se estaba moviendo en el País Vasco, pese a que perdieron una de sus fuentes de información más importantes al producirse el desmantelamiento del sistema de escuchas montado en la sede de HB en Vitoria. A pesar de eso, la Guardia Civil sí alertó a "un destacado miembro del Gobierno", en los primeros días de septiembre, sobre la inminencia de la tregua de ETA.

Otras fuentes han informado a EL PAÍS que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, estuvo "despistado" sobre la marcha del proceso que culminó con el alto el fuego, incluso cuando éste ya estaba a punto de hacerse público.

Según un dirigente socialista, su partido consultó el pasado 4 de septiembre con el titular de Interior para conocer su opinión sobre las fundadas noticias que el PSOE tenía acerca de una inmediata declaración de tregua etarra indefinida. Mayor Oreja transmitió al PSOE su convicción de que tal situación no se iba a producir y que, en cualquier caso, habría que dudar de la sinceridad y la firmeza de lo que anunciara ETA.