El inglés en mi ciudad

Taquilleros, bedeles, farmacéuticos, conductores de autobuses, policías, panaderos, peluqueros, específicos gremios laborales, en una palabra: hay que saber un poquito de inglés. Soy estudiante en Estocolmo, Suecia, y en breve regreso a Madrid pero tengo esta idea comparativa lista en mi maleta y quiero hacerla notar un ratito más.¿Por qué no tengo problemas de comunicación cotidiana con estos actores de nuestro presente a tantos kilómetros de mi barrio? Cuando ando y me pierdo, cuando pregunto y me quejo, cuando me informo con urgencia no encuentro los vacíos lingüísticos que resaltan en Madrid, sólo porque aquí se sabe la importancia de una lengua tan universal.

Y no es una cuestión de atractivo turístico, pues Madrid tiene un gancho más notable que Estocolmo, no hay duda, pero me sigo preguntando por la indiferencia hispana ante la modernidad comunicativa.

Estoy deseando volver. Barrio de la Concepción, línea 7 de Metro, bares, amigos, charlas, emociones, tapas, pero me encantaría reencontrarme con una capital más plural y más bilingüe, más habilidosa para hacer del extranjero alguien menos diferente y peculiar. No dejemos que el tren de Europa se aleje de Madrid en estos detalles. No es grato para los viajeros. -