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El Congreso norteamericano da el primer paso en el proceso para destituir a Clinton

Los republicanos recurrieron a su mayoría en el Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes norteamericana para abrir el largo proceso parlamentario que puede desembocar en la destitución del presidente Bill Clinton. Por 21 votos a favor por 16 en contra, los de los congresistas demócratas, el comité aprobó en la madrugada de hoy la apertura del impeachment. "Existen pruebas sustanciales y fidedignas de 15 hechos en los que el presidente pudo haber cometido delitos", advirtió David Schippers, jefe del equipo legal del grupo republicano.

Esta afirmación, que incrementa en cuatro el número de presuntos hechos delictivos denunciados en su informe sobre el caso Lewinksy por el fiscal Kenneth Starr, cayó como un mazazo en un Washington que sólo había vivido una vez en este siglo, y de eso hace cinco lustros, una jornada como la de ayer.El Congreso de EEUU dio así el primer paso en el complejo camino que podría conducir al impeachment o procesamiento para la destitución de Clinton, al votar en una comisión legislativa la resolución presentada por su mayoría republicana, en la que se pide al pleno de la Cámara permiso para comenzar de inmediato la instrucción formal del caso Lewinsky. Clinton será investigado por el Congreso como lo fue Richard Nixon por el caso Watergate.

El debate en el comité fue de extrema cortesía parlamentaria y gran viveza política. Poco antes de las dos de la madrugada de hoy, hora peninsular española, los congresistas votaron en sesión pública tras más de 10 horas de sesión parlamentaria. Antes, el comité había rechazado, también por 21 votos republicanos contra 16 demócratas, dos propuestas de los correligionarios políticos de Clinton para limitar en el contenido y en el tiempo la inevitable investigación del presidente.

El republicano Henry Hyde, presidente del Comité de Asuntos Judiciales, insistió en que no se estaba prejuzgando el resultado del proceso. "Nuestra misión actual", dijo, "no es juzgar ahora al presidente, sino decidir si investigamos el asunto o lo dejamos pasar". De ser confirmada esta votación a finales de esta semana por el pleno de la Cámara de Representantes, la instrucción del Comité puede durar meses. Si concluye -como ocurrió con Nixon- con la decisión de recomendar el impeachment, el pleno de la Cámara volverá a tener la palabra. Si aprueba por mayoría simple el impeachment, entonces entrará en juego el Senado, que, constituido en tribunal, tendrá que decidir por mayoría de dos tercios si declara o no culpable al presidente y lo destituye o mantiene en el cargo.

El camino, pues, será largo y tortuoso. Pero el Congreso empezó a recorrerlo ayer. Schippers, el jurista que ha examinado para el grupo republicano el informe y los documentos presentados por Starr, afirmó que lo había hecho "bajo la luz más favorable posible al presidente". Pero recordó que el presidente es el encargado constitucional de velar por la aplicación de la ley. Schippers subrayó que el juramento de decir "la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad" es la "base del sistema legal estadounidense". Y añadió que, entre los 15 presuntos hechos delictivos cometidos por Clinton, se encuentran dos violaciones de ese juramento: al negar haber sostenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky ante los abogados de Paula Jones y el gran jurado.

El demócrata John Conyers arguyó que "no hay pruebas sólidas de que el presidente obstruyera la acción de la justicia o presionara a testigos". La propia Lewinsky, recordó, declaró que Clinton jamás le pidió que mintiera. Estas acusaciones, en efecto, son la parte más débil del informe Starr.

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