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Interior lanza un plan contra los seis principales delitos que sufre la capital

El ministerio gastará 10.000 millones para reducir los robos, el gamberrismo y la droga

Jan Martínez Ahrens

El 1 de enero de 1999 marcará el inicio del cambio de modelo policial en Madrid. A partir de ese día, los 7.847 agentes del Cuerpo Nacional de Policía que operan en la región entrarán de lleno en el denominado Programa 2000, un experimento cuya primera fase se estrenará en la capital (junto a otras cinco capitales de provincia) y que, en caso de culminar con éxito, será trasplantado al resto de España.El principal objetivo de este plan, que en Madrid supondrá una inversión aproximada de 10.000 millones de pesetas en tres años (un tercio del presupuesto en correspondencia con el número de efectivos), es la reducción drástica de los seis delitos que más abultan la estadística de criminalidad y que, según los teóricos policiales, generan mayor inseguridad ciudadana: robos de coches, de los que se registraron 31.403 en 1997, un 14% más que el año anterior; sustracciones en vehículos, 42.554 el año pasado, un 2% menos que en 1996; tirones, 10.913, un 20% más; robos en inmuebles, 29.057, un 9,7% más; menudeo de droga y gamberrismo (daños a fachadas y mobiliario urbano).

El proyecto diseñado por la Dirección General de Policía parte de un aumento de la presencia policial en las calles. Para ello se prevé que el 80% de los efectivos de la Policía Judicial y Científica (los detectives puros) pase a los grupos de investigación de las comisarías de distrito, de forma que se potencie el conocimiento y la lucha contra la delincuencia urbana. Los agentes que queden adscritos a las brigadas de Policía Judicial y Científica se centrarán así en la lucha contra el crimen organizado y los grandes delitos.

Dentro de esta reorganización se añade la división de la capital en cinco grandes áreas y la correspondiente creación de jefes zonales o supercomisarios, encargados de controlar el trabajo de las comisarías a su cargo. También se pretende aumentar la eficacia policial sacando a la calle a una parte de los 255 agentes destinados a tareas burocráticas, que serán sustituidos por 120 administrativos. En esta línea, la Dirección General de Policía ha establecido incentivos económicos al rendimiento. Los premios a la productividad (una media de 30.000 pesetas al mes por agente, con variaciones según el tipo de trabajo y los turnos) serán entregados a partir de la consecución de unos objetivos determinados.

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Mapas de los delitos

La policía abrirá antes de fin de año una comisaría en Hortaleza

Para definir con nitidez estas zonas oscuras, se ha rediseñado el clásico estadillo policial hasta obtener el llamado sistema de información estratégica. Este modelo supone la generación de mapas de distrito en cuyas calles se señalizan los diferentes delitos (cada uno con su símbolo) cometidos a lo largo de un mes. A ello se añade un gráfico de la incidencia horaria de la criminalidad. La idea es que esta ubicación espacial y temporal de los delitos permitirá visualizar rápidamente las aparición de los puntos negros.Pero los cambios comprendidos en el nuevo plan no se reducen a los gráficos. El Ministerio del Interior, en su intento de destapar la cifra oculta de los delitos no denunciados, espera crear oficinas de denuncias en las que participen la Policía Municipal y el Cuerpo Nacional de Policía, mejorar la comunicación de las salas de emergencias de ambos cuerpos, aumentar los servicios oficiales conjuntos para atender operaciones especiales, así como usar la misma frecuencia de radio los días en que se registren acontecimientos extraordinarios.

Al modelo de oficina de denuncia mixta se sumará poco a poco la implantación de sistemas alternativos de formulación de denuncias, en especial el telefónico (sistema que ya está en marcha en cinco comisarías de distrito de Madrid). Este cambio irá acompañado por la mecanización de las oficinas mediante la incorporación de equipamiento informático.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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