_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Es tarde para Kosovo

EL RÉGIMEN de Slobodan Milosevic anunciaba de modo triunfal esta semana el final provisional de la campaña de sus Fuerzas Armadas y policía paramilitar en Kosovo, la provincia sureña de abrumadora mayoría albanesa. El balance de esta gesta "antiterrorista", emprendida teóricamente contra la guerrilla independentista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), es, según las organizaciones humanitarias, de unos 300.000 civiles huidos, alrededor de 20.000 viviendas arrasadas y unos 200 pueblos o aldeas destruidos.La transcripción de los ultimatos dirigidos a Milosevic desde febrero (comienzo de la escalada serbia) hasta hoy por la llamada comunidad internacional -EEUU, la OTAN, la Unión Europea-, señalándole como agotados todos los plazos y conminándole con todas las penas, llenarían varias páginas de este periódico. Las vacías amenazas iban dirigidas al mismo personaje cuyo oportunismo político y ceguera nacionalista han provocado en Bosnia y Croacia la peor catástrofe europea desde la II Guerra Mundial, con un catálogo de atrocidades que se daban por irrepetibles.

Más información
Clinton y Blair presionan para una acción militar en Kosovo la próxima semana

La realidad de Kosovo es que las potencias occidentales -enfrentadas, ayunas de ideas y, sobre todo, de voluntad política para imponer a Milosevic una negociación con los albaneses- han dado al dictador serbio un cheque en blanco durante siete meses para hacer el trabajo sucio contra el ELK. Y Milosevic lo ha utilizado no sólo para aplastar a una guerrilla que sobrevaloró su fuerza, sino para librar una persecución étnica de dimensiones insospechadas. Por eso, y sean cuales fueren las consecuencias, si las hay, de la alarma disparada por las últimas matanzas atribuidas a los serbios, el secreto cálculo occidental sobre Kosovo resultará miope. La sangre llama a la sangre. Y Milosevic ha conseguido hacer mártires a los guerrilleros, y rebeldes con causa a casi dos millones de pacíficos y sojuzgados albaneses.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_