_
_
_
_

La Cruz Roja intenta salvar del hambre a millón y medio de rusos

Los extranjeros que visitan Moscú se hacen lenguas ante una ciudad limpia y hermosa, en la que a veces es más visible el lujo que la miseria, y tachan de exagerados tanto a los políticos que hablan de riesgo de guerra civil o revueltas callejeras como a los periodistas que les hacen eco. Pero detrás del escaparate de prosperidad de la capital rusa, que esta crisis aún no ha podido romper, se encuentra, en el conjunto del país, una realidad que numerosos síntomas revelan como explosiva.La Cruz Roja Internacional, por ejemplo, acaba de lanzar una campaña para recaudar más de 2.000 millones de pesetas con los que evitar que el frío y el hambre se lleven por delante a millón y medio de personas que este invierno necesitarán desesperadamente alimentos, medicinas y ropa de abrigo. Son, en su mayor parte, ancianos, minusválidos, niños con un sólo progenitor y familias numerosas. Viven en la Rusia europea (Kaliningrado, Kostromá, Ivánovo y Múrmansk), en los Urales (Bashkortostán, Oremburgo, Perm y Cheliábinsk) y en Siberia (Buriatia, Irkutsk, Kémerovo y Jakasia).

Más información
El Gobierno de Primakov nace con dificultad y sin credibilidad para superar la crisis

En realidad, son decenas de millones quienes están atrapados, sin cobrar durante meses sus salarios y pensiones, con sus empresas cerradas o a medio gas, con los ahorros bloqueados en bancos al borde de la quiebra, sin encontrar productos básicos en el mercado o teniéndolos que pagar a precio de oro por culpa de una inflación galopante.

Por eso, algunos líderes regionales, al grito de ¡sálvese quien pueda!, bloquean el pago de impuestos al centro, impiden que los alimentos atraviesen sus fronteras o imponen normativas de emergencia que limitan el alza de precios o el mercado libre. Y, por lo mismo, Yevgueni Primakov, que ya en su toma de posesión advirtió del riesgo de que Rusia se rompa en pedazos, acaba de anunciar que presentará en la Duma una ley que permita la destitución, pese a haber sido elegidos por el voto popular, de los gobernadores "que violen la Constitución o las leyes federales".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_