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CRISIS FINANCIERA MUNDIAL

El FMI reclama a Europa y EE UU ayuda para superar la tormenta financiera

ENVIADO ESPECIALEl Fondo Monetario Internacional (FMI) no quiere aparecer como único responsable de encontrar una salida a la crisis financiera. Su director gerente, Michel Camdessus, pidió ayer a los países más ricos, especialmente a Estados Unidos y la Unión Europea, que asuman completamente sus responsabilidades y hagan mayores esfuerzos para contrarrestar la aguda recesión que padecen las economías asiáticas y Rusia. De entrada, esto debería reflejarse en una agresiva política de reducción de tipos de interés.

En esa línea, Camdessus alabó la propuesta del ministro español de Economía, Rodrigo Rato, de crear un fondo de ayuda para Latinoamérica en caso de que se agraven las presiones sobre la zona, especialmente Brasil.Camdessus aprovechó la conferencia previa a la próxima Asamblea Mundial del FMI y a la reunión del G-7, grupo de países más ricos del mundo, para resituar el papel de la institución que dirige en el actual cuadro de propagación de la crisis financiera. Aunque reconoció la dificultad de que las grandes potencias puedan alcanzar un alto grado de coordinación de sus políticas, a causa de las diferencias cíclicas en que se encuentran sus economías, sí pidió una actitud común de los líderes del mundo para generar "nuevos conceptos que permitan salir de la crisis".

También emplazó a los responsables de las economías más importantes a lanzar un mensaje claro que transmita tranquilidad a los mercados: "Si durante su reunión, los líderes del G-7 (cuyos ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales inician sus discusiones mañana en Washington) adoptan decisiones claras y asumen el liderazgo en favor del crecimiento para ayudar a los países a salir de la crisis, los mercados comprenderán el mensaje y reaccionarán en consecuencia".

En primera instancia, la posición del FMI se resume en la necesidad de que las principales economías reduzcan sus tipos de interés, a fin de impulsar la inversión y reducir las presiones sobre las monedas que los mercados internacionales han colocado bajo sospecha, especialmente el real brasileño, algo que resumió con la idea de "ayudar a los países con problemas".

Camdessus elogió la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar sus tipos un 0,25%, aunque insinuó que lo importante es que sigan bajando: "La decisión de la Reserva Federal abre la puerta a adicionales reducciones". También sugirió que Europa debería recorrer de forma inmediata un sendero similar. Aún así, como si de un primer paso se tratase, el director gerente del FMI celebró la decisión del Banco Central Europeo de situar los tipos de convergencia para el euro en el nivel más bajo, en torno al 3,3% vigente en Alemania.

En contraste, la posición de la mayoría de los gobernadores de los bancos centrales de Europa, es reacia a reducir drásticamente los tipos de interés. De hecho, el Bundesbank alemán, con su decisión de situar el tipo de convergencia en el que mantiene ahora, está descartando una bajada en la primera economía del continente y tercera del mundo y sólo acepta reducciones en las economías con menor peso, como es el caso de España.

Camdessus acogió positivamente el plan del vicepresidente segundo y ministro de Economía español, Rodrigo Rato, de crear un Fondo que podría gestionar el FMI, a fin de garantizar ayuda financiera a Latinoamérica, especialmente Brasil, en el caso de que la crisis se desboque. "Bienvenida la propuesta de España para ayudar a Latinoamérica. Es una muy buena idea", señaló, al tiempo que consideró muy importante el hecho de que el plan de Rato haya sido bien recibido por el resto de los miembros de la UE en la última reunión del Ecofín, que agrupa a los ministros de Economía y Finanzas.

"Transmite un mensaje de esperanza y de compromiso de Europa con el crecimiento de Latinoamérica", señaló Camdessus. La propuesta española incluye la oferta de hasta 5.000 millones de dólares (750.000 millones de pesetas) para la constitución del fondo, a lo que deberían añadirse otros 6.000 millones que el Banco Mundial también está dispuesto a ofrecer y la propia financiación del FMI y Estados Unidos, que podría sumar otros 30.000 millones de dólares.

La propuesta española, obviamente, parte de un interés particular, pues Latinoamérica ha sido durante los últimos años la plataforma privilegiada de expansión exterior de los grandes bancos y empresas españolas, duramente golpeadas ahora en los mercados bursátiles y con una perspectiva complicada en el caso de que Brasil no pueda resistir y desencadene un dominó de devaluaciones.

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