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La izquierda clama por el fin de la hegemonía pujolista

VIENE DE LA PÁGINA 1 El presidente del Grupo Socialista insistió repetidamente en que "ya no cuela" la excusa de la mala financiación autonómica argüida año tras año por Pujol para justificar las carencias de su acción de gobierno. Una cosa no quita la otra, argumentó, y son ya demasiados años escudándose en la financiación. El conservador Josep Curto fue más allá y sostuvo que la situación financiera de la Generalitat "es comparable a la suspensión de pagos". Rafael Ribó, líder de IC, recriminó a Pujol haber utilizado las necesidades del Gobierno de Cataluña "como moneda de cambio" en sus negociaciones con los gobiernos de turno en España para defender "los intereses de los poderosos, con objetivos como la desfiscalización" que ha conseguido del Gobierno del PP. Ribó planteó abiertamente que Cataluña ha llegado a un final de etapa política "en el que el dilema es cambio o continuismo" y, dicho de otro modo, "entre conservadurismo y progresismo". Sostuvo que CiU carece de credibilidad alguna para encabezar la nueva etapa. "Dieciocho años gastan. ¿No son demasiados? ¿Hay alguien imprescindible en el país?", preguntó enfáticamente. Son demasiados años, se respondió, si además se acumulan el clientelismo, las corruptelas, el endeudamiento y fracasos en la gestión cotidiana como los puestos de manifiesto por los incendios forestales, por ejemplo. El corrimiento de CiU Pujol no se dejó encajonar como conservador por la dura diatriba de Ribó. De acuerdo, le replicó. El dilema es entre conservadurismo y progresismo, porque en el fondo la reclamación de autogobierno es también progresista. Y la política de CiU es progresista, dijo, "como demuestra que nuestra prioridad sea la aplicación de la reforma educativa desarrollando la LOGSE, en lo que somos pioneros en España... y en la sanidad, y en tantos aspectos del bienestar social". El republicano Josep Lluís Carod también le negó la más mínima credibilidad a Pujol. Aseguró que CiU ha experimentado un corrimiento hacia las posiciones nacionalistas de ERC, pero dijo que ese movimiento llega "demasiado tarde, 18 años tarde, para ser creíble". Pujol sólo encontró bálsamo parlamentario en el discurso del independentista Àngel Colom -en las filas del Grupo Mixto desde que se escindió de ERC-. Colom celebró sin ambages la nueva estrategia reivindicativa del presidente catalán en materia autonómica e invitó a Pujol a "encabezar desde Cataluña una petición de reforma de la Constitución".

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