Una nueva financiación, objetivo prioritario de CiU
VIENE DE LA PÁGINA 1 Jordi Pujol insistió hasta la saciedad en que sus demandas pueden encontrar satisfacción plena en la Constitución de 1978, merced a su "ambigüedad" y a la "aplicación arbitraria" que con frecuencia se hace de ella. El presidente de la Generalitat y principal sostén parlamentario del Gobierno de José María Aznar marcó la revisión del sistema de financiación de Cataluña como su primer y prioritario objetivo para el periodo 1999-2001. Así, tachó de discriminatorio el actual trato fiscal que Cataluña recibe del Estado, tanto que, resaltó, si algo vulnera la Constitución es precisamente ese sistema de financiación. "La persistencia del trato económico injusto para Cataluña", previno, "amenaza la sostenibilidad de nuestra competitividad, la de nuestro Estado de bienestar y, más elemental aún, la de nuestra autonomía". Pujol consideró que Cataluña ya ha demostrado con creces su "solidaridad y lealtad" con el resto del Estado, así como su voluntad de contribuir a la estabilidad y al progreso global del país, tanto con el actual Gobierno del PP como con los anteriores del PSOE. En base a esta consideración, el líder nacionalista manifestó que la Generalitat se ha ganado el derecho a plantear ahora sus reivindicaciones soberanistas "con rotundidad y sin reservas". Movilización social Pujol llamó a la sociedad catalana a movilizarse -no a manifestarse en la calle, precisó, sino a "asumir una actitud activa"- para conseguir elevar "el techo social y nacional" de Cataluña. Fue claro al desgranar el rosario de reivindicaciones nacionalistas, pero aseguró desconocer a ciencia cierta el papel de las fuerzas políticas catalanas en el proceso para conseguirlas. "Sabemos lo que hemos de reclamar", señaló, "pero no sabemos todavía con total precisión cómo habremos de jugar nuestro papel". Como tratando de anticiparse a las previsibles críticas de la oposición a un gobernante que lleva 18 años ininterrumpidos en el ejercicio del poder -y sobre todo después de la reciente derrota del democristiano Helmut Kohl, quien llevaba 16 años al frente del Gobierno alemán-, Pujol no quiso mirar ayer hacia la gestión de su Gobierno en los años pasados. Por el contrario, centró la totalidad de su discurso en los proyectos de futuro del nacionalismo catalán en el horizonte del 2010. Esbozó en ese horizonte una Cataluña equitativa, con una economía creciente, dotada de buenas infraestructuras, culta e informada y con una fuerte conciencia de país y una cohesión interna social y nacional. Despachó con una sola frase los incendios que han devastado los bosques catalanes y anunció más protección para la familia.
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