"Con su firmeza, Mayor ha contribuido a la tregua tanto como el PNV con Lizarra"
El experto en resolución de conflictos y fundador de Gernika Gogoratuz, Juan Gutiérrez (Madrid, 1932), cree que se ha conseguido "la paz negativa, que no haya enfrentamientos armados". Una paz "muy firme" a la que han contribuido desde la firmeza de Mayor y el "coraje político de ETA" hasta el trabajo del PNV para alumbrar el Acuerdo de Lizarra o los vientos que llegan desde Suráfrica e Irlanda. Pero para la paz positiva hace falta un horizonte de reconciliación, horizonte que, a su juicio, ha avanzado mucho en Euskadi desde los sucesos de Ermua: "La sociedad demanda ahora un arreglo político". Pregunta. ¿Cree entonces que la sociedad está más avanzada que los políticos?. Respuesta. Sí, pero la reconciliación requiere tiempos muy distintos. Para que una víctima acepte que no se castigue al que ha matado necesita mucho tiempo y para compartir con él mesa y mantel, aún mucho más. Perola política está hoy mucho más endurecida. Los planteamientos políticos están enjaulados. Las declaraciones de Mayor, Aznar yETA son muy duras, parten de que el otro es todavía un enemigo del que hay que desconfiar. P. ¿Pero esta paz nace en Ermua, en Lizarra o en el territorio de la firmeza democrática? R. Tras Ermua, la sociedad dijo que aquí no se podía tolerar ni una muerte más y exigió soluciones. Y hay que decir que Jaime Mayor Oreja ha contribuido a esta tregua con su firmeza. Mayor ha erguido la bandera la paz, una bandera que iba a traer votos y que la levantaban la Policía, la Guardia Civil y los jueces. El PP ha logrado hacer lo que no podía hacer el PSOE, porque tenía las manos sucias. En los años 80 no había una cultura de paz y todo el mundo, tácitamente, veía muy bien la guerra sucia. A principios de los 90, el PSOE hace un intento muy serio y muy honrado con Rafael Vera para conseguir una tregua como la de ahora. Al ser reemplazado por el PP, ETA se encuentra a un Gobierno que, con manos limpias, puede ser mucho más duro que con la guerra sucia. Desde entonces, el PP ha usado todos los instrumentos del Estado, el legislativo y las relaciones internacionales. Mayor ha introducido la realidad en el conflicto. No ha hecho el menor intento por escindir a ETA y por eso la tregua es de toda la organización. Además, ha desechado cualquier vía de negociación y, finalmente, ha sabido usar la ley -con objetivos políticos-, en vez de romperla, como hicieron los socialistas. Es cierto que la ha utilizado al borde, pero sin salirse. P. ¿Tiene algún mérito ETA? R. Su coraje político. La tregua del IRA exigía muchos menos coraje que la de ETA porque estaba asegurada políticamente con el acuerdo de Downing Street. ETA da una tregua sin condiciones ante un muro de rechazo y rigidez. P. ¿Pero hay quien mantiene que el Acuerdo de Lizarra ha sido el colchón que necesitaba ETA para silenciar las armas? R. Es cierto. Es el PNV el que ha sabido arropar la tregua de ETA con esta máxima: si abandonas la lucha armada y entras en la vía política no entrarás sola, iremos juntos. Eso es Lizarra, que casa perfectamente con el punto 10 de Ajuria Enea. P. Pero la tregua de ETA es el último capítulo de un guión que se comenzó a escribir en las conversaciones secretas entre PNV-HB y que se terminó por rubricar en Lizarra. ¿Cómo se gestiona esa tregua cuando estamos en la foto fija del "enjaulamiento"? R. Hay que desenjaular las políticas para que puedan sentarse en una mesa. Pero tenemos ya muy avanzada la reconciliación en la sociedad, una amistad existente entre andaluces, extremeños, murcianos, castellanos, leoneses... y vascos, que no aparece en la política, pero que tiene una expresión social enorme. Y esto nos llevará a una autodeterminación amistosa, porque la que no tiene futuro histórico es la autodeterminación hostil. Y eso lo ha recogido el PSE cuando Redondo dice que Euskadi la tienen que construir nacionalistas y no nacionalistas. También el PNV cuando Ibarretxe presenta su nacionalismo más amable e incluso HB cuando Otegi reconoce que en Euskadi también hay personas que sólo se sienten españolas. Ahí es donde está la gran esperanza, hay que activar esa amistad entre todos los pueblos de la península. Junto a eso se pueden tomar ya medidas invisibles, por ejemplo en el caso de los presos, aumentando el tiempo de visitas de las familias o pagándoles el viaje como ocurre en Irlanda. Que las personas que están angustiadas vean los cambios. De esta forma se conseguirá desenjaular la política. El problema de los gestos es que cada uno los interpreta de manera diferente a quien los hace. P. Pero los políticos se pierden aún en términos resbaladizos como firmeza democrática, soberanismo o, antes, tregua trampa. R. El enjaulamiento viene porque cada cual quiere ser fiel y tranquilizar a sus propias bases. En el fondo, ¿qué es lo que va a pasar aquí?. La autodeterminación no va a salir de una mesa, pero sí la esperanza de que el vasco pueda ser dueño de su propio destino de una forma adecuada a esos nuevos tiempos que corren en Europa. Es decir que se realice la causa por la que ETA ha luchado más de 20 años. Incluso en su comunicado sale Europa como un trasfondo de esperanza por detrás del Estado español y francés. P. Durante todos esos años ETA y su violencia ha sido referente y, sobre todo, aglutinante para la izquierda abertzale. Eso ha permitido justificarlo todo. Ahora, ETA silencia las armas sin contrapartidas, ¿no es como si el Papa hubiera revelado a sus fieles que Dios no existe? R. No. Su objetivo siempre ha sido político, el medio ha sido militar, poner bombas. ETA es Garibaldi, quien defendió una causa en Italia y la sacó adelante. El día que la tuvo asegurada, se la pasó al rey y se retiró a Cerdeña. ETA tenía una causa, pero ahora cree que sus métodos son contraproducentes y pide que esta causa se defienda políticamente. Es una tregua estratégica. P. Y llega a siete semanas del 25-O. R. Lo bueno del 25 de octubre es que llegamos a las elecciones con tres partidos levantando la bandera de la paz. El PP, que ya lo hacía antes diciendo que hacemos todo para que no haya más muertos; el MLNV, cuando apunta que nos habéis pedido que dejemos de matar y lo hemos hecho; y el PNV, que dice que nosotros estamos permitiendo hacer que esto sea viable por la vía política diseñada en Ajuria Enea y en Lizarra. Hay tres banderas de la paz ante el 25-O y hay que juntarlas para lograrla. Nadie puede mantenerse rígido siete semanas porque puede perder fuerza y la gente pide un arreglo político. P. ¿Olvida usted al PSOE? R. Es un partido muy ágil, con muchos elementos para apoyar esto, con un enorme potencial para construir la paz y mucho talante mediador en líderes como Benegas, Vera o Jáuregui. Si Mayor pasa de la firmeza a ser rígido, puede que su apoyo social empiece a debilitarse y su bandera de paz palidezca. Yo veo atisbos de que un PSE mediador pueda evitar que el PP termine por enrocarse.
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