Rubert de Ventós defiende la necesidad de suplantar a Dios
El I Congreso Iberoamericano de Filosofía termina hoy
El hombre tiene la posibilidad de decidir el sexo de sus hijos y el momento de desconexión de los padres, una tarea atribuida hasta ahora a Dios o la naturaleza. Ya es humana, explicó el pensador Xavier Rubert de Ventós en el I Congreso Iberoamericano de Filosofía, que será clausurado hoy en Madrid tras haber celebrado dos jornadas en Cáceres y otras tantas en la capital de España.
Nadie es perfecto y los organizadores del I Congreso Iberoamericano de Filosofía, tampoco. No se podía prever la enfermedad de un familiar de Mario Bunge ni la del pensador brasileño Oswaldo Porchat, que dejó a las jornadas de Madrid sin la conferencia prevista para la sesión plenaria. Bunge, no obstante, envió su texto, deliberadamente polémico, contra la mayoría de la filosofía que se enseña hoy en día. Porchat no pudo. El resto de sesiones, sin embargo, sigue el programa previsto, con diversa fortuna.En la noche del miércoles, Rubert y Miguel Ángel Quintanilla hicieron disfrutar al personal hablando de un asunto tan, aparentemente, árido como la ética y la ciencia. En la misma sesión, el uruguayo Mario Otero leyó una ponencia muy trabajada y académica, en el sentido soporífero del término.
Rubert propuso ocupar el papel de Dios. Entró de lleno en la bioética con una confesión personal. Cuando murió su padre, dijo, le recortó la barba y la guardó. Hoy puede clonarlo y someterlo a la educación que él recibió y, confesó, le encantaría hacerlo. Planteó cómo, desde el neolítico, en el que seguimos, "natura se hace cultura". El hombre domina plantas y animales, pero toda gestión de la naturaleza "disminuye la diversidad", y hay que ver dónde está el límite.
Cultura del converso
Quintanilla partió de Américo Castro para explicar la falta de reflexión sobre la ciencia en España desde la expulsión de los judíos artesanos. Con ello nace la cultura del converso, del disimulo ante el saber, no fuera uno a caer en manos de la Inquisición.Ayer se dedicó una sesión a la teoría de la literatura. El colombiano Rubén Sierra analizó el papel literario del juego, partiendo de Borges; el español José Jiménez habló del desplazamiento hacia el texto en la teoría literaria. Rafael Argullol desarrolló la noción de "escritura transversal", donde se supera la supuesta incompatibilidad entre una narrativa de ideas y otra de sensaciones, el pensar y el sentir, el conocimiento y el arte. "Toda literatura es ensayo", dijo, antes de asegurar que la tarea del escritor no es cambiar el orden del mundo y que igual resulta que ese orden es inexistente.
Javier Muguerza, León Olivé y Luis Villoro hablaron del papel del intelectual ante el futuro de América Latina, con motivo de la presentación de la Biblioteca Iberoamericana, que dirige el español Manuel Cruz y edita Paidós.
Babelia
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