Dimite el ministro belga de Interior por la muerte de una joven inmigrante
El ministro belga de Interior, Louis Tobback, pese a sus primeras declaraciones en las que rechazó cualquier responsabilidad en la muerte por asfixia de la inmigrante nigeriana Semira Adamu, presentó anoche su dimisión al primer ministro, Jean-Luc Dehaene. En una escueta nota de prensa, Tobback dio cuenta de su decisión con la que trata de frenar el escándalo producido por los métodos de la policía en los procesos de expulsión de ilegales
Según Tobback, cuya renuncia al cargo debe ser aceptada por Dehaene, la Gendarmeria belga cometió un falta al aplicar la ley de expulsión forzosa en el caso de Semira, lo que le obliga a presentar su dimisión. El todavía ministro de Interior belga asegura que la Gendarmería realizará una investigación interna y que los responsables serán castigados si se prueba que actuaron con violencia. Tobback, que había rechazado el miércoles vincular la muerte de la inmigrante nigeriana con su continuidad en el cargo, evitó condenar el método aplicado.Semira falleció a consecuencia de la llamada técnica de la almohadilla, un método cruel, condenado por las principales organizaciones de derechos humanos y aceptado por la propia ley que regula la expulsión de los inmigrantes ilegales, aprobada por el Parlamento belga en 1966.
Los policía que subieron a Semira al avión de Sabena que la deportaba a Togo, trataron de acallar sus gritos de protesta aplicándole dos almohadillas en el rostro. El resultado fue la muerte de la la joven nigeriana.
Tobback llevaba cinco meses en el cargo, al que llegó en sustitución del polémico Johan Vande Lanotte, que se vio forzado a dimitir tras la huida el 24 de abril del pederasta, Marc Dutroux.
El Gobierno Duhaene anunció ayer la congelación de las órdenes de deportación de 15.000 refugiados. La medida, de carácter temporal, tiene un único objetivo: calmar los ánimos en los centros de reclusión de inmigrantes y los de la opinión pública.
Los belgas se preguntan hoy cómo ha podido ser legalizada una técnica que ha acabado por costarle la vida a la joven nigeriana. Y no faltan quienes acusan de hipocresía a los tres grandes partidos -los democristianos y los socialistas en el Gobierno y los liberales en la oposición- que la promovieron. La ley ha sido criticada por numerosas organizaciones de defensa de los derechos civiles, pero hasta ahora apenas había movilizado a algunos centenares de belgas. Las cosas pueden cambiar.
Ayer mismo el diario flamenco De Morgen defendía al ministro Tobback. "Es un poco simple llamar a Tobback asesino. La política de asilo es demasiado compleja para defender posiciones preconcebidas. No olvidemos que una amplia mayoría decidió poner en marcha esta ley", escribe. La prensa francófona viene a responsabilizar a la parte norte del país de la existencia de esta ley al recordar que se puso en marcha para contrarrestar el avance electoral del Vlams Block, el partido flamenco abiertamente racista que preconiza la expulsión de los extranjeros.
Nido de fascistas
La tormenta política está muy lejos de amainar. Dos gendarmes han sido inculpados por la juez instructora del caso, que les acusa de golpes y heridas voluntarias con el resultado de muerte involuntaria.Uno de los dos agentes ya fue sancionado a principios de año por patear a un refugiado que se encontraba en el suelo atado de pies y manos. Sus propios compañeros le denunciaron ante sus superiores y el anterior ministro del Interior le sancionó con un mes de empleo y sueldo. Otro agente, amparado en al anonimato, afirma que la brigada de gendarmes responsable de las deportaciones "está llena de fascistas".
La propia Semira Adamu denunció públicamente los malos tratos que sufrió en uno de los cinco intentos anteriores de deportación. La compañía aérea Sabena no sale indemne en su relato. "Ocho hombres me rodearon: dos guardias de seguridad de Sabena y seis policías. Los dos guardias de Sabena me forzaron, me golpearon por todo el cuerpo y uno me tapó la cara con una almohada. Los pasajeros acudieron en mi defensa y dijeron que abandonarían el avión si no me liberaban", dejó escrito la joven nigeriana.
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