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La OSCE defiende las elecciones de Bosnia, pero no da los resultados

La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), organizadora de las elecciones generales de Bosnia del 12 y el 13 de septiembre, ha vuelto a retrasar, por tercera vez, la publicación de los resultados. "El escrutinio final ha sido lento por problemas de carácter técnico fuera de nuestro control", reconoció ayer la portavoz de la OSCE en Sarajevo, Nicole Szulc. "Es muy frustrante y estamos trabajando lo mejor que podemos". Szulc aseguró que estos retrasos no deben poner en duda la " integridad del proceso" ni afectar al prestigio de la OSCE.No es una opinión generalizada. Tras gastar cerca de 35 millones de dólares (más de 5.100 millones de pesetas) y emplear a 10.000 voluntarios, las expectativas eran mayores.

Mientras, en la Republika Srpska (la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina), los partidos moderados se han comenzado a mover para contrarrestar la esperada victoria del ultra Nikola Poplasen. Dirigentes de la coalición Sloga (Concordia), de la derrotada presidenta Biljana Plavsik, se reunieron ayer en Banja Luka con el primer ministro Milorad Dodik y el líder del Partido Socialista Serbio, Zivko Radisic, quien tiene la llave política.

Radisic, próximo al partido del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, de quien recibe órdenes, parece más cercano a pactar con los ultranacionalistas de Poplasen que con la presidenta.

Poplasen, que dirige el Partido Radical, coaligado en la Republika Srpska con el Partido Democrático Serbio, del presunto criminal de guerra Radovan Karadzic, ya ha mostrado alguna de sus cartas. La principal sería nombrar al halcón Momcilo Krajisnik como primer ministro. Krajisnik, aliado de Karadzic, acaba de perder su puesto en la presidencia tripartita de Bosnia.

El enviado de EEUU a los Balcanes, Robert Gelbard, ya ha advertido contra este movimiento. Le preocupa sobremanera el lenguaje belicoso que emplean algunos miembros del Partido Radical de Poplasen.

La casa de Karadzic

En ese ambiente de euforia ultranacionalista, azuzada, según los expertos, por la desesperante lentitud del escrutinio, los hijos de Karadzic, Sasa y Sonja, han solicitado al Gobierno bosnio la devolución de su casa en el centro de Sarajevo, muy cerca de la presidencia, en un edificio de estilo vienés que mira al estadio olímpico de Kosevo y al cementerio del León, un antiguo parque habilitado para recoger el exceso de cadáveres durante la guerra.Se da la circunstancia de que Sonja ha desempeñado un papel destacado en el entorno de su padre durante la guerra, pues ejerció funciones de jefa de prensa.

La casa de los Karadzic, cerca del hospital donde Radovan ejerció durante años de psiquiatra, se halla al lado de la de Alia Izetbegovic, el líder musulmán de Bosnia. Allí, en Sarajevo, a esa zona se la conoce irónicamente con el sobrenombre del triángulo de las Bermudas.

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