El PP prepara las elecciones al Parlament en clave antinacionalista
El Partido Popular (PP) acudirá a las próximas elecciones autonómicas con un planteamiento marcadamente antinacionalista, a tenor de lo adelantado ayer por su presidente regional, Alberto Fernández Díaz. El dirigente del PP explicó ayer que su partido prepara una "estrategia electoral de confrontación con CiU", a la que acusó una vez más de no tener otra política que "la reivindicación y el victimismo". La dirección del PP de Cataluña comenzó ayer la preparación de las elecciones, que los conservadores prevén también que Jordi Pujol adelantará a febrero o marzo de 1999. El objetivo de Alberto Fernández es "electoralizar" a la organización del PP para que cuando se convoquen las elecciones pueda ponerse inmediatamente en campaña. En noviembre dispondrá ya de la sede de campaña y de un documento de orientación política en Cataluña. Alberto Fernández, que probablemente encabezará la candidatura autonómica de su partido, pretende dirigir sus ataques contra la "radicalización nacionalista" de CiU. Los conservadores formulan un juicio muy severo de la orientación tomada por CiU al suscribir la Declaración de Barcelona con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Fernández Díaz sostuvo ayer que esa declaración "pretende una reforma encubierta de la Constitución" y es un intento de CiU de "evitar el certificado de defunción" política de los nacionalistas porque el desarrollo de la Constitución y el Estatuto de Autonomía les dejan sin posibilidades de recurrir a "la reivindicación y el victimismo". El presupuesto de 1999 El objetivo del PP en las próximas elecciones al Parlament es retener el máximo número posible de los 700.000 votos que consiguió en Cataluña en las últimas elecciones generales, las que le llevaron al gobierno de España. En las elecciones autonómicas de 1995, el PP obtuvo 420.000 votos y eso supone que al menos en teoría existen unos 300.000 electores a quienes los conservadores pueden aspirar a convencer ahora porque ya les han votado una vez. La dirección conservadora deberá compaginar la elaboración del discurso antinacionalista con la votación de los presupuestos de la Generalitat para 1999. Alberto Fernández advirtió ayer que en esta ocasión el PP planteará a Pujol más exigencias que en años anteriores para hacer posible la aprobación del presupuesto. Lo que el PP quiere es, subrayó, "que quede más claramente reflejada y reconocida su capacidad de influencia" en las decisiones del Gobierno catalán. Destacar esa influencia será también su objetivo en el debate sobre la orientación política del Gobierno que se inicia el día 29 en el Parlament. Alberto Fernández adelantó que el PP no permitirá que CiU "ponga en el País Vasco el epicentro de la política catalana".
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