Mas ingresa en la permanente de CDC y se consagra como estrella emergente del partido
El consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, ascendió ayer al olimpo que Jordi Pujol reserva a sus más directos colaboradores dentro de CDC. El secretario general, Pere Esteve, anunció ante el consejo nacional del partido que Mas ingresaba desde ese mismo momento en el secretariado permanente. Fue la consagración oficial del líder indiscutible de la próxima generación convergente, al que algunos ven como conseller en cap si Pujol renueva mandato.
Las cábalas suscitadas por el problema de ubicación del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, en las listas de CiU han abierto complejas conjeturas sobre el puesto de número dos, si es que tal cosa existe con un número uno como Jordi Pujol. En cualquier caso, los nombres que se barajan son siempre los mismos: Xavier Trias (consejero de Presidencia), Joaquim Molins (portavoz en Madrid y alcaldable por Barcelona), Pere Esteve (secretario general) y Artur Mas. Todos están en el sanedrín, junto a otra estrella emergente, Felip Puig, y tres figuras más o menos devaluadas: Miquel Roca, Macià Alavedra y Josep Maria Cullell. No parece que, mientras Pujol esté donde está, Duran pueda hacer algo más que seguir nomadeando por los márgenes del vergel nacionalista. En el partido, muchos apuestan, para el futuro inmediato y descontando una victoria de Pujol en las próximas autonómicas, por la siguiente quiniela: Trias al frente de los diputados en Madrid; Esteve al frente del partido; Molins en la alcaldía barcelonesa; y Mas al frente del Gobierno catalán como conseller en cap, con un Pujol más presidencial y estadista que nunca. Mas estaba a las puertas del sanedrín desde el último congreso convergente, en noviembre de 1996. Se esperaba que en aquel congreso ingresaran en la permanente los dos valores en alza del partido: Artur Mas y el actual consejero de Cultura, Joan Maria Pujals. Pero no hubo promoción. Artur Mas se ganó definitivamente las armas de caballero en la mesa redonda del rey Pujol durante la pasada primavera, cuando se enfrentó a Joaquim Molins para ganar la nominación de alcaldable. Mas reunía méritos: era presidente de la Federación de Barcelona de CDC y había ejercido como jefe de la oposición municipal cuando Cullell la dejó para ocupar una consejería. Pujol frenó sus aspiraciones, porque quería mantenerle en su gobierno, pero le permitió caracolear con brío durante unos días para reforzar su imagen pública. Mas es amigo personal de los Pujol y de sus hijos y lidera lo que algunos llaman el pinyol de CDC, una especie de pujolismo dentro del pujolismo con una espesa trama de conexiones en el partido y en la Administración catalana.
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