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Sólo doce de los 53 ríos vascos están en condiciones "excelentes" de limpieza

El hallazgo de restos de centenares de peces y aves flotando en aguas del Nervión en pleno centro de Bilbao, la semana pasada, ha sido el último episodio conocido de contaminación en Euskadi. En los meses anteriores, hubo otros casos como una fuga de combustible de una gasolinera al río Urkiola. Tras analizar 53 ríos vascos, la Viceconsejería de Medio Ambiente ha concluido que 30 están contaminados y sólo en doce casos las condiciones son "excelentes".

El panorama de los ríos vascos en cuanto a calidad ambiental es variado. La red de vigilancia de la calidad de las aguas y del estado ambiental de los ríos vascos, creada por el Gobierno vasco, es la que se encarga de realizar los informes. Los últimos análisis han determinado que sólo una docena de ellos, el 23% de los estudiados, muestra una "calidad ecológica excelente". También ha revelado que 30 de ellos, más de la mitad de los analizados, están "fuertemente contaminados o [tienen] una calidad ecológica mala". Las vías fluviales más contaminadas son las de la cuenca del Deba. En el otro extremo, están las aguas de los ríos Bayas, Omecillo (en Álava) y Lea (Vizcaya), que son los que presentan una mayor riqueza ecológica. El estudio medioambiental destaca que a menudo la calidad difere enormemente en diversos tramos de una misma corriente fluvial. Fue en 1993 cuando el Gobierno vasco creó esta red de vigilancia para determinar el estado de las aguas dulces superficiales que riegan la geografía vasca. Su objetivo es también controlar la evolución de la calidad de las aguas, detectar las agresiones que sufren y evaluar el estado ambiental de los ríos, tanto en el aspecto físico como químico, la situación de sus riberas, cauces y del área adyacente a los cursos. El Ego, el más sucio Las condiciones ecológicas peores se dan en la cuenca del Deba, concretamente en el río Ego en Éibar. Las riberas de esta vía fluvial soportan un importante entramado industrial "que aún realiza los vertido sin tratar al río, condicionando de este modo su calidad", según detalla el informe de Medio Ambiente. Lo mismo sucede con los núcleos urbanos asentados en sus riberas, desde donde se realizan vertidos sin depurar. Este mismo estado ambiental se registra en el Nervión, aguas abajo de Bilbao, en el río Butrón por la zona de Mungia y en la cuenca del Zadorra, aguas abajo de Salvatierra. Los ríos de menor contaminación, aunque aún con una calidad deficiente de sus aguas, representan el 21% de las estaciones controladas y se dan, fundamentalmente, en la cuenca del Urola por la zona de Legazpi. Esta misma situación se aprecia en la cuenca del río Deba en casi todo su recorrido. En Vizcaya, el Ibaizabal y el Asua muestran este mismo estado ambiental, al igual que el Kadagua y el Nervión en algunos de sus tramos. El 30% de los ríos vascos presenta una "calidad ecológica mala". En Guipúzcoa se observa este estado en los ríos Oiartzun y Urumea, aguas abajo de Hernani. El río Oria tiene también esta categoría en algunos tramos de su curso. El Artibai, Zadorra, Bayas, Ega, Kadagua, Ibaizabal o Nervión sufren también distorsiones ambientales en algunos tramos de su recorrido. Entre los cauces con un "ambiente estable, maduro y heterogéneo, y una calidad ecológica excelente" están el Oria, Urola y Deba en sus tramos altos y casi todas las cuencas alavesas en alguno de sus tramos. Pese a los aportes urbanos e industriales, el Urola muestra lenta pero progresiva recuperación en la calidad de sus aguas a medida que se acerca a la costa, lo que demuestra su "capacidad de recuperación".

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