Borrell culpa a Aznar de la ruptura del nacionalismo con la Constitución
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y el candidato socialista a la Presidencia, José Borrell, expresaron ayer la preocupación de los socialistas por el futuro de la unidad de España, como consecuencia de la tregua anunciada por ETA. Borrell culpó al presidente del Gobierno, José María Aznar, de que, ya sin tapujos, los nacionalistas pidan una España confederal. "Ahora Aznar tiene que hacer frente a una situación de la que es responsable por romper el consenso sobre la construcción del Estado autonómico", afirmó.
Tanto Borrell como Almunia recordaron en extenso al ex ministro del Interior José Barrionuevo y al ex secretario de Seguridad Rafael Vera y la mención de estos dos condenados por el caso Marey incitó al secretario general del PSOE a arremeter de nuevo contra Aznar. "No se puede pedir nuestra colaboración por la mañana y por la tarde perseguir a los socialistas hasta llevarlos a la cárcel", dijo. También se comprometió, en línea con lo que han pedido los hijos de los dos ex altos cargos socialistas del Ministerio del Interior, a no permitir que sean usados "como moneda de cambio" con ETA.Varios miles de militantes acudieron a la Fiesta de la Rosa que organizan las agrupaciones socialistas del sur de Madrid. Los militantes y simpatizantes se mostraron muy afectuosos con el candidato a la alcaldía de Madrid, Fernando Morán, y dieron una bienvenida "fraternal" a Cristina Almeida, candidata a la Comunidad de Madrid por el PSOE y Nueva Izquierda.
Pero los acontecimientos hicieron que el acto se centrara en la oferta anunciada por ETA. En vísperas de que Joaquín Almunia sea llamado a La Moncloa para abordar este asunto con el presidente, los socialistas no ahorraron descalificaciones a Aznar. Le reprocharon no haber atendido el llamamiento del PSOE para que los demócratas, liderados por el presidente del Gobierno, se adelantaran con una propuesta de paz al anuncio de ETA.
Pero los reproches los llevó Borrell mucho más atrás. Nada menos que a las "concesiones" del Gobierno a sus socios nacionalistas en Madrid. El candidato relacionó la oferta de ETA con la Declaración de Barcelona del mes de julio y el documento de Estella del sábado 12 de septiembre. "Aznar no fue capaz de llamar a sus socios, a Pujol y a Arzalluz, para preguntarles qué es eso de la España confederal", acusó Borrell. "Ahora tiene que hacer frente a una situación de la que es responsable por romper consensos, entre otros, el de la construcción de la España autonómica", agregó.
Tanto Almunia como Borrell alternaron sus referencias a la defensa de la Constitución y del Estatuto vasco, por considerar que corren peligro, con la esperanza de que la tregua sea un primer paso para la paz. El PSOE teme, aunque casi da por seguro, que la satisfacción provocada por el cese de la violencia terminará con un debate dramático sobre la conversión de España en un Estado confederal. Aun así "el camino hay que recorrerlo y en primera fila", por lo que el PSOE no se descolgará del proceso ni permitirá su marginación, según varios de sus dirigentes.
El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, expresó en alto su preocupación. "Sería inaceptable vender y trocear el territorio nacional a cambio de la paz con ETA. Nosotros consideramos válida la Constitución de 1978 y no queremos un Estado confederal", precisó el portavoz adjunto del Grupo Socialista, Francisco Fernández Marugán. Los socialistas siguen defendiendo la validez de la Constitución y del Estatuto vasco y, aunque admiten modificaciones de esos textos, concluyen que si se producen deben ir en el sentido de "reforzarlos", como dijo Borrell el viernes en Bilbao.
Los partidos nacionalistas, sin embargo, según la previsión del PSOE, enseguida llenarán de contenido su propuesta de modificación, planteando el Estado confederal, el derecho de autodeterminación y la soberanía. La participación de CiU en la Declaración de Barcelona, que se sale del marco constitucional, y el estrechamiento de sus relaciones con los nacionalistas vascos y gallegos han supuesto un mazazo para el PSOE, que tratará con denuedo en los próximos días de atraerles hacia sus filas.
Ante esta situación, Almunia quiere conocer de labios del presidente Aznar cuáles son sus planes. Pero los socialistas no se contentan con escucharle en privado y por eso el candidato a la Presidencia, José Borrell, le pedirá, el próximo miércoles en el pleno del Congreso, su valoración sobre la importancia y alcance de la tregua unilateral e indefinida decretada por ETA.
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