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La Bandera de La Concha sufre el segundo aplazamiento en medio de una agitada polémica

Mikel Ormazabal

La organización de la Bandera de La Concha volvió a suspender la segunda jornada, prevista para ayer, tras la presión que ejercieron algunos clubes participantes, fundamentalmente Orio y San Pedro, los dos favoritos. La accidentada regata donostiarra iba a disputarse bajo unas condiciones meteorológicas hostiles, con una mar embravecida que levantaba olas de dos metros, pero finalmente el comité de regatas decidió echar abajo la prueba, pese a que cuatro traineras consiguieron cubrir el recorrido sin aparentes problemas. La regata se disputará hoy a las 18.00 horas.

La confusión presidió toda la tarde y derivó en polémica. El comité de regatas, una vez colocadas las balizas exteriores, decidió salir mar adentro con un representante de cada club (salvo San Pedro, que declinó hacerlo). Sin consultarlo con los participantes, los organizadores decidieron "jugar la regata" cuando las aguas del Cantábrico estaban muy agitadas y el viento racheado dificultaba la remada y el patronaje. Una tras otra las traineras salieron al agua no sin antes blindarlas y acorazarlas con palcas en la proa, bombas de achique, refuerzos por babor y estribor, baldes y gomaespumas para retirar el agua. Orio, San Pedro y Trintxerpe eran contrarios a regatear por considerarlo "una temeridad" que podía "acarrear desgracias irreparables", dijo el presidente oriotarra, José Julián Olasagasti. "Yo les pondría a ellos (por los organizadores) en una trainera", agregó el de San Pedro. Donibaneko silenció su opinión. Cuando el sorteo de las calles de la primera tanda estaba cerrado, el presidente de la Federación guipuzcoana de remo, José Manuel Gómez Esnal, decidió de forma unilateral suspender la regata. Minutos antes una ola rompió la palca de la Libia de San Pedro cuando estaba calentando. De vuelta a tierra, los remeros de Orio, San Pedro y Trintxerpe coincidieron al asegurar que la organización "se ha pitorreado de nosotros, y esto no es un circo". En medio de la confusión, cuando la suspensión de la regata era un hecho, cuatro embarcaciones (Arraun, Koxtape, Tirán y Perillo) decidieron tomar la salida. Fue una declaración de valentía y arrestos marineros, un mensaje encubierto a la organización para demostrarles que "se podía remar". El preparador de Koxtape, Paco Prieto, afirmó que lo sucedido fue "una vergüenza", porque su trainera dio la ciaboga y "no hemos embarcado ni un litro de agua", dando a entender que la mar permitía remar. Los remeros de Tirán y Perillo levantaron la voz para expresar su disgusto de forma contundente: "Algunos quieren ganar la regata en los despachos. Es una falta de respeto, porque hemos remado y no nos hemos hundido. No ganaremos un duro, pero nos llevamos el aplauso de los aficionados", señaló el patrón de Tirán, José Francisco. Tirán se fue ayer a casa y Perillo tomará hoy la decisión de si se queda o se marcha sin remar. Si la mar lo permite, hoy, a las 18.00 horas, se celebrará la jornada definitiva.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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