La banca mexicana congela la concesión de créditos ante el riesgo de insolvencias
La fuerte escalada que han experimentado los tipos de interés en varios países de América Latina ha provocado que la banca comercial haya comenzado a restringir la concesión de créditos. En México, ya se ha generalizado la adopción de medidas en ese sentido y algunas entidades han empezado a hacerlo en Brasil, Colombia y Venezuela y otros países del área. Se trata de evitar que las carteras vencidas, los impagados y la retracción inversora conduzcan progresivamente a la bancarrota, como ocurrió en México hace tres años.
Los altos intereses de los créditos, (el precio oficial del dinero es el 50,065%) retrae a los consumidores, que no pueden soportar sus precios. A su vez, los bancos exigen fuertes garantías para conceder préstamos. Eso hace que se produzca un circuito cerrado y que, en la práctica, se reduzca a cero la concesión de créditos.En México, uno de los dos principales bancos nacionales, Bancomer, canceló los créditos hipotecarios y al consumo "hasta nuevo aviso" y otras entidades punteras como el BBV-México, Banorte y Serfin, aplican medidas similares o han endurecido las concesiones de tal manera que, de hecho, significa una suspensión de créditos. Otro de los grandes, Banamex, oficialmente no ha cancelado los créditos, pero tampoco los concede.
Es previsible que en las próximas semanas, las demás instituciones crediticias ejecuten iguales medidas dada la incapacidad de la gran mayoría de los mexicanos para pagar los elevados intereses. Las adversas condiciones de mercado impuestas por las turbulencias externas y las carencias domésticas para afrontarlas están causando daños considerables, y pueden contaminar la economía real. El sistema bancario mexicano, todavía convaleciente del generalizado derrumbe de principios de 1995 y necesitado de más capitalización, acusa con especial intensidad las penalidades y exhibe una vulnerabilidad preocupante.
"Los créditos concedidos se dan con extrema cautela, y son contados. Actuamos con muchísimo cuidado para proteger al cliente y al banco", comentó ayer un portavoz del BBV-México. "Todos los bancos mexicanos están con serias dificultades. Todos tienen un pánico terrible a que todos los préstamos vayan a quedar en cartera vencida. Por eso se cuidan. Lo que sucedió en 1995 es que había créditos al por mayor, concedidos sin cautelas". Otras fuentes afirman que en Venezuela, Colombia y Brasil (precio del dinero al 49,75%) también restringen los préstamos. Ayer, la agencia de calificación Standard and Poor"s señaló que la banca de México y la de Venezuela son las que presentan mayor riesgo en la región. Otra agencia, Fitch IBCA rebajó la calificación de tres bancos venezolanos: Banco Venezolano de Crédito, Banco del Caribe y Banco Exterior.
La devaluación de 1994, a la que siguieron bancarrotas por carteras vencidas, obligó al Gobierno a comprar esos pasivos para proteger a los ahorradores y evitar el colapso y el aumento del paro por quiebras empresariales. Destinó a aquel rescate 65.000 millones de dólares (nueve billones de pesetas), que ahora pretende convertir en deuda pública. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el pasado trimestre, la banca concedió 28.000 millones de pesos (406.000 millones de pesetas) en créditos al consumo, de los que 6.700 millones (97.150 millones de pesetas) están vencidos.
Mientras el portavoz de la Secretaría (ministerio) de Hacienda, Marco Provencio, asegura que los tipos de interés podrían alcanzar su techo en los próximos días, analistas privados consideran poco probable esta rápida evolución a la baja debido al endurecimiento de la política monetaria decidida por la administración de Ernesto Zedillo y al aumento de la inflación. El alza de los tipos y la inestabilidad,manifestada en una sostenida depreciación del peso, han desalentado gravemente la inversión.
Intervención
La semana pasada, el Banco de México intervino directamente, no lo hacía desde el 31 de diciembre de 1996, para neutralizar los ataques especulativos contra el peso, que en una sola jornada sufría una caída del 2%. Cerca de 500 millones de dólares (72.000 millones de pesetas) salieron de las reservas de divisas y fueron absorbidos de inmediato por el mercado cambiario. Según el analista José Yuste, "la medicina actual es amarga. Las altas tasas de interés llevarán a las pequeñas y medianas empresas a posponer inversiones, en el mejor de los casos".El Gobierno, que sopesa la conveniencia de un cuarto ajuste presupuestario, no aplicará medidas contra el capital especulativo a través de impuestos sobre los beneficios, pues considera que son contraproducentes. De momento, siguen abiertas las líneas de financiación del FMI, pero el Ejecutivo no quiere usar este cauce de financiación por considerar que el calendario de vencimientos de su deuda externa todavía es cómodo.
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