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La revolución cultural de Llodio

Realidades como que sus calles hayan sido transitadas una y mil veces por artistas como el músico popular Ruperto Urquijo o el pintor costumbrista José Arrue, no han evitado que la imagen de Llodio, población alavesa lindante y estrechamente vinculada a Vizcaya, sea tradicional e inconscientemente ligada a las antaño prósperas industrias siderometalúrgica y química. Sin embargo, tras la traumática reconversión industrial, corren nuevos tiempos para la localidad. Y no sólo en el plano urbanístico; también en el intelectual. "Últimamente estamos que no paramos. El deporte es lo que había hecho destacar a Llodio, pero ahora está llamando más la atención precisamente por un movimiento cultural muy activo en un pueblo que antes no tenía esa tradición". No le falta razón a Laura Espido, llodiana que, a sus 24 años, tiene en el mercado una primera novela (Irlanda) amparada por la editorial Planeta. La sucesión de premios está propiciando que la popularidad deje de estar monopolizada por deportistas (Alexanco, Unzaga, Solaun) y empiece a salpicar con su aura purpúrea a un colectivo de artistas que, sobre todo, destaca en el campo de la literatura y en el del cine. Apuntando alto en el mundo del celuloide, destacan dos directores de cortometrajes: Kepa Sojo y el estrafalario Tinieblas González, hasta hace poco vecino del pueblo ("me fui a Vitoria porque en Llodio es muy difícil ganarse la vida, hay pocas cosas que hacer"), cuya ópera prima, Por un infante difunto, fue premiada en el último Festival Internacional de Cine de Cannes. En lo que respecta a la literatura, son varios los galardonados: Patxi Iturregi, Amado Gómez Ugarte, el guionista Javier Santa Marina y el poeta romántico Patrocinio Gil, entre ellos. Pero no son estos los únicos embrujados por las letras en una población que ronda los 20.000 habitantes. Aunque no compartan podio, a su lado figuran plumas como las de la mencionada Laura Espido, Elías Bravo y el historiador Luis Larrouy. Incluso arquitectos y grabadores acumulan galardones. ¿Qué tiene Llodio para inspirar tanto arte? "Pues no sé. Eso es lo que nos extraña a todos", confiesa Kepa Sojo. "Es un pueblo, no voy a decir de lo más vulgar, pero sí normal y corriente. Con poca historia y bastante impersonal. Posee sus tradiciones pero no tiene nada especial que no tenga otro sitio". Tras la diatriba, el realizador señala la emigración como una de las claves que pueden explicar su sorprendente fertilidad creativa: "Al haber gente que proviene de diferentes sitios de España (Galicia, Andalucía, Castilla y León, Extremadura), hay más riqueza que si fuera un pueblo como Zeanuri, donde igual son todos vascos cerrados, por así decirlo". Lo que sí es indudable es que parte de culpa en el auge cultural y artístico del municipio lo tiene la Asociación Cultural Tétrada Literaria. De la confluencia casual de un buen número de representantes de diferentes generaciones, ha surgido un entusiasta movimiento que conduce todos sus esfuerzos a promocionar la literatura y la cultura en general. Lo que en origen, y durante años, fue la habitual y sencilla reunión de cuatro literatos cuarentones, se convirtió el pasado mes de enero, una vez cumplimentados los trámites burocráticos pertinentes, en una asociación integrada por más de una veintena de artistas (escritores, pintores, músicos, cineastas, fotógrafos,...) a los que une la inquietud literaria. Como refrenda Patrocinio Gil, se trata de "levantar un poco la actividad cultural en el pueblo, que, al margen del deporte, estaba muy apagada". El indudable mérito de tan loable actividad lo acrecienta el hecho de que surja de la iniciativa privada. Pura generación espontánea. Las instituciones, un tanto reacias a colaborar con la Tétrada ("dan poco dinero y sin él pocas cosas puedes hacer", afirma su presidente, Luis Larrouy), podrán comprobar próximamente la conveniencia de invertir en un colectivo con gran fe en si mismo. Bastará con examinar la inminente nueva cosecha abonada por su imaginación. Sojo ya prepara sus dos primeros largometrajes (uno compartido y El síndrome de Svenson). Espido entregará en breve su segunda novela. Elkar editará un nuevo libro infantil de Amado Gómez y Basarai hará lo propio con los relatos agrupados en Para siempre. Luis Larrouy ha culminado su última obra, El origen del Islamismo... Por lo que se ve, el fenómeno no es flor de un día.

El regalo como acicate

La letra, ¿con sangre entra? Parece ser que no. A las puertas del siglo XXI hay que ser mucho más sutil para encandilar a la población. Sabedora de ello, la Tétrada Literaria ha optado por incentivar con obsequios la asistencia a muchos de los actos que organiza (tertulias, recitales de poesía, conferencias, presentaciones de libros) en la biblioteca del Museo Vasco de Gastronomía de Llodio. Un cuaderno con las obras presentadas y la degustación de un plato típico de la zona son, respectivamente, los estímulos previstos con motivo de una próxima lectura pública de relatos breves (primera semana de octubre) y la celebración de Charlas en la cocina, ciclo de conferencias impartidas por escritores de renombre. Asimismo, se baraja la gratuidad de uno de sus más ambiciosos proyectos: una revista de periodicidad anual que podría ver la luz antes de finalizar el año y cuyas páginas (alrededor de 150) propagarán toda actividad artística y cultural gestada en el pueblo.

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