Trampolín para emprendedoras
La Fundación Mujeres ayuda a 200 madrileñas a crear sus propias empresas
Crece el interés de las madrileñas por el mundo empresarial. Una muestra palpable son las 400 féminas que han recurrido a la Fundación Mujeres en los dos últimos años. Entre las emprendedoras potenciales abundan las amas de casa que jamás han trabajado, las jóvenes que buscan su primer empleo y quienes han abandonado su anterior puesto, bien por elección propia o por disolución de las empresas. Todas van a la caza de un consejo providencial acerca de los trámites para montar un negocio, su viabilidad o las ayudas y subvenciones disponibles. Al final, unas 200 mujeres han conseguido su propósito: 60 nuevas firmas engrosan el paisaje empresarial de la región.Por la sede central de esta organización sin ánimo de lucro han pasado, no obstante, muchas más mujeres que las 400 reseñadas, en busca de otra información de índole laboral. En los dos últimos años, alrededor de 10.000 féminas han demandado algún servicio de la fundación sobre diseño y gestión de proyectos, formación, investigaciones y organización de congresos y jornadas, entre otros.
El autoempleo se ha convertido en la fórmula estrella de esta entidad desde que en 1995 alumbró su centro de asistencia técnica Acticrea, con el sustento de la Unión Europea y la Dirección de la Mujer de la Comunidad de Madrid. La subdirectora de la fundación, Purificación Causapié, destaca el arrojo de las jóvenes que aspiran a ser empresarias. "No tienen gran experiencia laboral, pero sí muchas ganas de crear su negocio". Por lo general, "se trata de empresas pequeñas que aseguran el autoempleo de sus fundadoras, con dos o tres empleados más y un nivel de actuación reducido", perfila Causapié. En los difíciles comienzos, las emprendedoras tratan de librarse de los vaivenes aferrándose a alguien. Un buen asidero han sido los 40 millones de pesetas que la fundación ha gestionado en subvenciones para las 60 nuevas empresas.
De la cantera de Mujeres emergió, por ejemplo, Keeping, una firma dedicada a las pequeñas reparaciones del hogar; esto es, desde el grifo que se obstruye hasta el arreglo de la lámpara que no funciona. La idea se le ocurrió a Sara Peláez, de 42 años, que trabajaba en un gabinete de prensa de una compañía de automoción. Llevaba nueve años en ese puesto y tenía ganas de cambiar, pero le faltaba formación empresarial. Un anuncio sobre la iniciativa europea NOW (Nuevas Oportunidades para las Mujeres), de la que forma parte la Fundación Mujeres, le aportó la clave que necesitaba. Ahora, los tres empleados fijos y los colaboradores de Keeping tienen sus agendas repletas de avisos para pintar salones, arreglar enchufes, reparar grifos o poner puertas a particulares y empresas.
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