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Vecinos de Torredembara denuncian de nuevo mal olor en la depuradora

"Medio Ambiente o el alcalde pueden decir lo que quieran; pero, a pesar de todas las intervenciones que dicen que han hecho, los que vivimos cerca de la depuradora volvemos a estar sin poder abrir las ventanas". Así se expresa Josep Botella, uno de los portavoces vecinales que han denunciado reiteradamente los malos olores que han tenido que soportar durante todo el verano provenientes de la nueva planta de tratamiento de aguas residuales de Torredembarra, inaugurada en febrero pasado.

Tras las duras protestas vecinales, a finales del pasado agosto la Junta de Residuos de la Generalitat efectuó una serie de intervenciones de emergencia que al parecer mitigaron el problema. Sin embargo, pasado el efecto de las lluvias de finales de agosto, los vecinos aseguran que, aunque algo menos fuerte, en los últimos días el hedor ha vuelto a meterse en sus casas y reclaman una solución definitiva. Los malos olores causado por la depuradora, inaugurada el pasado mes de febrero por el presidente Jordi Pujol, comenzaron a causar molestias con la llegada del calor, coincidiendo con la plena ocupación de las segundas residencias. Entre ellas se encuentran la del propio consejero de Medio Ambiente, Joan Ignasi Puigdollers, y la del diputado del PSC en el Parlament Manuel Bustos, al que los vecinos pidieron, junto con el concejal de ERC del Ayuntamiento de Torredembarra, Josep Bargalló, que actuasen como sus portavoces ante el primero. La movilización de los vecinos motivó finalmente la actuación de los técnicos de la Generalitat, que aplicaron una serie de medidas de choque. Pero ni la inyección de agua oxigenada ni la retirada en camiones de los lodos acumulados resolvieron totalmente el problema. El delegado de Medio Ambiente en Tarragona, Xavier Farriol, justificó el mal funcionamiento de la planta indicando que aún estaba en "periodo de pruebas". La depuradora fue diseñada para recibir un caudal de unos 22.000 metros cúbicos diarios por dos líneas de entrada primarias. Sin embargo, el caudal no llegó a superar los 7.000 metros cúbicos, de manera que las aguas residuales quedan estancadas y se pudren rápidamente a causa del calor. Para que las aguas no se estanquen, Medio Ambiente ha optado por el cierre de una de las dos líneas primarias de entrada y con ello considera solucionado el problema. Pero los vecinos consideran que la solución definitiva consiste en recubrir totalmente esta parte de la depuradora, como ocurre en otras plantas, y se preguntan si el hecho de que no se hiciera en esta obra tiene que ver con los 700 millones de pesetas que la empresa constructora rebajó de los 2.500 previstos en la licitación del proyecto. En este sentido, Manuel Bustos y Josep Bargalló han criticado duramente la actuación de Medio Ambiente y han presentado una proposición no de ley ante el Parlament en la que instan al Ejecutivo catalán a realizar las obras inmediatamente.

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