Primakov tratará de cancelar el embargo al régimen de Sadam
El nuevo primer ministro ruso, Yevgueni Primakov, tratará de imponer una estrategia más flexible de la comunidad internacional hacia el Irak de Sadam Hussein. Primakov pretende llegar hasta el punto de cancelar el embargo comercial que pesa sobre Bagdad desde la guerra del Golfo. La diplomacia occidental espera de él una actitud de "firmeza flexible". Primakov está convencido de que los esfuerzos -aún parciales- del régimen iraquí por cumplir con los mandatos desmilitarizadores de la ONU deben ser recompensados.
El nuevo primer ministro de Rusia cree, en consecuencia, que ha llegado el momento de cancelar el embargo internacional contra Irak, según indican fuentes centroeuropeas muy próximas al nuevo segundo del Kremlin.Ello obedece, sobre todo, apuntan esas mismas fuentes, a una amistad histórica del ex dirigente soviético con el dictador de Bagdad.
Primakov no sólo fue un periodista-diplomático-agente en Oriente Próximo en el segundo lustro de los noventa. También se ha destacado por su actuación como mediador principal con Irak.
Primero, enviado por Mijaíl Gorbachov antes de la operación Tormenta del desierto, donde fracasó. Y más recientemente, el pasado noviembre, cuando su ministerio logró aplazar un nuevo rebrote del conflicto, aplacado finalmente en febrero por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Pero hay otra razón más de fondo de la comprensión hacia Irak. Como ministro de Exteriores, Primakov ha sido "menos seguidista" en política internacional que su antecesor, Andrei Kózirev, destacan fuentes diplomáticas. El nuevo líder ha perseguido afianzar los rescoldos de influencia de la antigua Unión Soviética, contrapesando -aún levemente- la primacía de Estados Unidos.
Así, la diplomacia europea espera de Moscú una política exterior de "continuidad con matices" respecto a la seguida hasta ahora. Es decir, una política de "firmeza flexible". Firmeza en la defensa de los intereses estratégicos rusos; flexibilidad en su aplicación práctica, al tratarse de una potencia en decadencia, pero con mucha capacidad de influir. Además de la protección -probablemente reforzada- al antiguo aliado iraquí, los campos de atención de los estrategas occidentales son tres:
BALCANES. Aunque la iniciativa de la involucración rusa en la pacificación de la ex Yugoslavia (participando en la IFOR) partió de Kozirev, Primakov la continuó, manteniendo y luego ampliando los compromisos, cuando Rusia decidió formar también parte de la SFOR. Se espera un continuismo en la línea de impedir intervenciones necesarias, pero quizá con cambios. La diplomacia europea y norteamericana conoce que Moscú se siente ya "engañada por Slobodan Milosevic", al haber incumplido el líder serbio buena parte de los compromisos adquiridos con el presidente Borís Yeltsin antes del verano, especialmente el de mantener un trato pacífico con la población civil de Kosovo.
ALIANZA ATLÁNTICA. Los Dieciséis confían en el statu quo. A saber, una retórica reticente (a la ampliación de la OTAN) acompañada de una cooperación pragmática leal. Primakov fue padre del Acta OTAN-Rusia firmada el 27 de mayo de 1997 en París. "Es un negociador duro, tenaz y correoso, pero cuando alcanza un compromiso, lo cumple; merece confianza", valoran medios de la Alianza. Aquel acuerdo proporcionó a Primakov la entrada solemne en los cenáculos de la diplomacia occidental y convirtió al secretario general de la OTAN, Javier Solana, en el político occidental que mantiene mejores relaciones con él.
ORIENTE PRÓXIMO, JAPÓN Y OTROS CONFLICTOS COMO EL DE INDIA-PAKISTÁN. El papel de Rusia es menor que en estos asuntos. Pero se refuerza la impresión de que Moscú seguirá en su línea cooperativa, demostrado por ejemplo en la condena que realizó de las explosiones atómicas india y paquistaní.Estas expectativas de una diplomacia dura en la defensa de los intereses nacionales pero seriamente cooperativa con Occidente se completan con el convencimiento general de que las reformas económicas se aplicarán en un calendario más relajado.Así lo asumieron ya los ministros de Exteriores de la Unión Europea en su Consejo del pasado fin de semana en Salzburgo.
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