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Los sindicatos se disponen a entrar en una carrera electoral que renovará el 90% de los delegados

Los sindicatos vascos comienzan la próxima semana su propia carrera electoral, que les llevará más allá de marzo. En este periodo, el 90% de los centros de trabajo de Euskadi eligirán sus comités de empresa o sus delegados sindicales. Las cuatro grandes centrales (ELA, CC OO, UGT y LAB) pelean por mantener posiciones y subir, aunque reconocen que el panorama global va a variar poco. Por arriba, ELA debe mantener su hegemonía, y por abajo, LAB se juega no perder el carácter de sindicato más representativo que logró en las elecciones de hace cuatro años.

Más de 16.000 representantes sindicales. Los trabajadores y trabajadoras vascos empiezan a renovar sus delegados y comités con el único objetivo por delante de mejorar posiciones en el complicado mapa sindical de Euskadi. Junto a los cuatro sindicatos mayoritarios se presentan otros que no figuran en las grandes quinielas, pero que cuentan con casi mil delegados en toda Euskadi. Actualmente, además de los cuatro grandes se presentan a las elecciones, entre independientes y otros sindicatos, en Álava 33 fuerzas, en Vizcaya 44 y en Guipúzcoa 34. Las cuatro formaciones reconocen que van a darse pocos cambios. Todos pujan por subir, pero reconocen que en un complicado proceso de muchas microelecciones es difícil una ruptura. "La percepción que podemos tener es que en las elecciones no se dan grandes saltos, se marcan procesos. No hay variaciones espectaculares", asegura Germán Kortabarria, portavoz de ELA, central que cuenta con unas posiciones de salida excepcionales, con un un 39,8% de la representación en Euskadi (datos de julio). A ELA le sigue Comisiones con el 16,86%; UGT, con un 16%, y LAB, con un 15,09%. Unos datos que muestran la hegemonía sindical en Euskadi de la central nacionalista. Los porcentajes en Navarra son diferentes: UGT tiene un 31,06, le siguen CC OO con un 20,78% y ELA con un 20,72%, prácticamente en empate técnico. LAB se queda en un 11,4%. Las batallas La hegemonía de ELA se repite en los tres territorios vascos, aunque es Guipúzcoa su feudo esencial, donde tiene un 44,17%. En este mes de septiembre se realizarán elecciones en 2.090 empresas y la mayoría de los preavisos los ha hecho ELA. El sindicato mayoritario cuenta con una posición de privilegio en las pequeñas y medianas empresas (pymes). "Es cierto que en el inicio de la transición UGT y CC OO estaban implantadas en los grandes mastodontes industriales. Nuestra estructura de afiliación está más extendida. Somos el primer sindicato en todas las comarcas y sectores. Hemos llegado mejor a las pymes que es donde hay más delegados. Aunque también nos vimos afectados por la reconversión". Las palabras de Kortabarria certifican su intención de no renunciar a su feudo: las pequeñas y medianas firmas que les han proporcionado desde 1980 una clara tendencia al alza. Ante la dificultad de presentar batalla al grande, los otros tres sindicatos tienen su batalla particular. "En diciembre de 1984 contábamos con el 16,26% y en julio, un 16,86. El que la ley mantenga todo el año como periodo electoral nos exige a todos. Hemos estado visitando pymes y por eso el porcentaje va al alza", dice Federico García, de CC OO. El segundo sindicato confía en que el haber presentado más listas que en otras elecciones y la creación de nuevas empresas se traducirá en una subida. Este planteamiento optimista se repite en UGT. "Nuestro objetivo es pegar el salto hacia arriba", señala su dirigente Dámaso Casado. Su posición no es especialmente buena. Está en tercer lugar en Euskadi con prácticamente la misma diferencia por arriba con CC OO y por abajo con LAB. Su feudo sigue siendo Álava, donde es la segunda fuerza con el 22,56%. La firma de más candidaturas que hace cuatro años y las nuevas afiliaciones, gracias al ingreso de antiguos militantes de la CNT y de USO, puede hacerles remontar el vuelo. LAB, la última fuerza sindical vasca con carácter representativo -cuando se supera el 15% se tiene este carácter y se puede estar presente en todas las mesas y foros-, se juega precisamente mantener esta cualidad que alcanzó en 1994. El sindicato, que ha mantenido una unidad de acción con ELA, confía en que esto no solo va a ser posible, sino que va a ser una realidad. Una posibilidad que tanto UGT como Comisiones esperan que no se cumpla. "Somos optimistas. En empresas que no entramos con otros preavisos vamos a litigar esta vez. A lo largo de estos cuatro años siempre hemos mantenido el 15% y ahora que hay que renovar delegados también lo haremos", dice Félix López, de LAB. El sindicato abertzale confía en mantener su posición de segunda fuerza en Guipúzcoa, con el 22,64%, ya que estos resultados le permiten no perder su cuota por encima del 15% en el global del País Vasco. Aunque en Euskadi se vive un proceso continuo de elecciones, el gordo se reparte ahora. El periodo preelectopral ha venido marcado por la división entre ELA-LAB y CC OO-UGT, división más marcada en las altas esferas. Los dos sindicatos de ámbito nacional la achacan a cuestiones políticas, un criterio que rechazan los sindicatos nacionalistas, que alegan que UGT y CC OO hacen un sindicalismo demasiado pactista. En todo caso las diferencias de cúpula no han impedido que unos y otros pacten en las empresas.

A falta de inspectores y árbitros

"Estamos preocupados porque el Gobierno vasco se está inhibiendo en las elecciones sindicales". La queja de Dámaso Casado, de UGT, se hace extensiva al resto de las centrales. Los sindicatos se mantienen a la espera de que el Departamento de Trabajo nombre los inspectores y los árbitros que todavía faltan. Si los nombramientos no llegan, las actas de las elecciones sindicales en curso se irán acumulando, tardarán en registrarse y los delegados y comités elegidos en las empresas no tendrán efectividad jurídica. El Gobierno vasco debe nombrar en concreto a dos inspectores en Álava y otros dos en Guipúzcoa y a dos árbitros en Vizcaya y uno en Guipúzcoa. "Son los dos elementos claves para lograr un proceso transparente y no crispado, para evitar la vía judicial. La Administración tiene el compromiso de arreglarlo", asegura Félix López, de LAB. Los sindicatos aceptan que la ruptura del tripartito el pasado junio y la entrada como titular de Trabajo de Sabin Intxaurraga, de EA, en sustitución del socialista Francisco Egea, ha complicado los nombramientos, pero esperan que el departamento responda ahora. La función de los inspectores, que trabajan de forma conjunta con los de cada sindicato, es revisar y dar el visto bueno a las actas. La función de los árbitros es fruto del acuerdo entre las centrales de no recurrir a la vía judicial para resolver sus diferencias y someterse a un sistema de arbitraje independiente. "Los sistemas de control deben funcionar porque son la garantía", señala Germán Kortabarria, de ELA.

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