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EL 'CASO BANESTO'

Gómez de Liaño dice que actuó como abogado y niega ser socio de Euman y de las sociedades suizas

El abogado Mariano Gómez de Liaño, acusado de dos operaciones de presunta estafa en el caso Banesto, declaró ayer que su actividad en relación con Banesto tuvo un carácter profesional relacionada con servicios jurídicos prestados al banco. Negó tener participación en el grupo Euman Valyser, que realizó las presuntas estafas, rechazó que los cruces de créditos entre su sociedad Doña Ascensión y las de Mario Conde, Arturo Romaní y Valyser implicasen asociación y negó ser socio y/o tener capacidad de disposición de las sociedades suizas Asni y Jamuna. No contestó a las preguntas de Banesto.

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Un Mariano Gómez de Liaño contenido mantuvo un largo juego de ping pong con el fiscal Javier Sánchez Junco. Preguntas concretas recibieron contestaciones escuetas aún cuando no respondieran a los interrogantes. Gómez de Liaño explicó que Eugenio Martínez Jiménez, administrador único de Euman, es el propietario real del grupo Euman-Valyser, al que se acusa de dos operaciones de presunta estafa. Ni él, Gómez de Liaño, ni Conde, dijo, tienen nada que ver.Gómez de Liaño conoció primero, según relató, a Martínez Jiménez, quien se trasladó desde París a Madrid e inició su andadura como empresario. Acudió Martínez Jiménez a pedirle los servicios de su despacho, Asesores en Derecho. Durante una primera fase, dijo, le dejó un despacho en su bufete para que comenzara a trabajar. Un día Mario Conde necesitaba un representante en su sociedad Zenith en Italia. Gómez de Liaño le sugirió a Martínez Jiménez. Los infornes sobre Zenith se los pasaba Martínez Jiménez a Gómez de Liaño y éste a Conde. Al parecer, con Martínez Jiménez sólo se han visto unas pocas veces.

Gómez de Liaño apoyó los planes empresariales de Martínez Jiménez desde el comienzo. Le llevó ante Juan Abelló, se lo presentó y Martínez Jiménez consiguió que le prestase 150 millones de pesetas a través de Torreal, sociedad en la que participaban entonces, en 1988, Abello y Conde. Luego de la separación entre estos dos, fue Conde quien se quedó con el crédito.

"Era un empresario. Hacía sus operaciones de forma normal, estaba muy apalancado y desde que le conozco pasaba por una situación delicada, como todos los empresarios que trabajan con créditos", explicó Gómez de Liaño, en referencia a Martínez Jiménez. En 1989, Gómez de Liaño, según explicó, invitó a Martínez Jiménez a unirse a él mismo y a la suiza Asni para comprar Promociones Hoteleras, propietario de un palacete en la madrileña calle de Fernando el Santo. Valyser, Gómez de Liaño y Asni adquirieron el palacete. Meses más tarde, lo alquilaron a la Corporación Banesto y algo más tarde lo vendieron a una filial de ella. El beneficio ascendió a unos 1.l00 millones de pesetas. De dicho beneficio ha habido que deducir 450 millones, un pago que se realizó en Suiza. "No digamos en negro, señor fiscal", afirmó.

Gómez de Liaño negó ayer ser el socio de la suiza Asni, que se llevó de España 845 millones (de los que pagó 450 en Suiza a los vendedores), según ha declarado el fiduciario Paolo Gallone. Negó tener poder de disposición en Asni y rechazó tener relación con la Fundación Melvin, de Liechtenstein, en la que, según Gallone, participan Romaní, Conde, Gómez de Liaño y Francisco J. Sitges. Gallone aportó un documento firmado por Gómez de Liaño y Sitges ordenando el pago por Asni de los 450 millones (ver copia).

Gómez de Liaño dijo que Asni pertenecía a unos inversores atraídos por Gallone y que se le había dicho que pertenecía a un importante banco. En cuanto a Melvin, explicó ayer que Gallone había metido a esta fundación en su segunda declaración, en Suiza, por tener problemas fiscales en relación con Asni. También negó tener patrimonio exterior en el exterior y ser titular de la Fundación Atom de Liechtenstein, ya disuelta en 1994.

En relación con la presunta estafa Isolux, Gómez de Liaño dijo que su despacho intervino en la venta de un 30 % de Isolux a Metallgesellschaft por parte de Valyser.

Gómez de Liaño calificó, a preguntas del fiscal, como "compensaciones" las relaciones crediticias entre su sociedad Doña Ascensión y sociedades de Conde y Romaní.

Talón de Aquiles: Gómez de Liaño anunció que no respondería a las preguntas de Banesto. El letrado las formuló para que constara; el presidente, Siro García, le ofreció reconsiderar su posición y responder. Gómez de Liaño se mantuvo en sus trece.

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