_
_
_
_
Reportaje:

El delito oportuno salva al inmigrante

Algunos extranjeros en situación irregular cometen diversas faltas para que se abra una causa judicial contra ellos y evitar así la expulsión de España

Abdejhamid El Ouahabi, nacido en Tánger hace 24 años, había conseguido atravesar el Estrecho, había conseguido permanecer en España sin papeles el tiempo suficiente para creerse con derecho a seguir en ella. Apenas le faltaban unas semanas para saber si había sido o no admitido en el ansiado cupo de inmigrantes de este año, lo que habría legalizado su situación. Pero sus expectativas se vieron bruscamente truncadas: tras una azarosa peripecia por los juzgados, el inmigrante marroquí acabó siendo expulsado mientras su familia presentaba una denuncia contra la policía por malos tratos.Abdejhamid fue detenido el pasado 21 de agosto en Terrassa (Barcelona)acusado de intentar robar una bicicleta. El juzgado que instruyó el caso rechazó abrirle diligencias por ese delito, porque eso habría supuesto su continuidad en España, y decidió ejecutar un decreto de expulsión que tenía pendiente. En el camino de la comisaría al centro de internamiento de inmigrantes de La Verneda, de Barcelona, centro de reclusión forzosa previa a la expulsión, Abdejhamid convenció a los policías para que le dejaran ir a recoger sus cosas a su casa de Terrassa. Y es aquí cuando la cosa se complica.

Según la Policía Nacional, el hombre intentó fugarse e incluso arrebatarle a uno de los agentes su pistola, momento en el que se produjo un forcejeo que acabó con diferentes contusiones tanto para el policía como para el inmigrante. La familia de Abdejhamid asegura que el marroquí fue agredido injustificadamente. La semana pasada, asesorada por la asociación Amic-UGT, su tío, El Alami El Ouahabi, presentó una denuncia "por lesiones" en el juzgado de guardia de Barcelona. En el texto rechaza la expulsión y pide que se aclaren los hechos.

Para la policía éste es un caso más de los muchos intentos desesperados de un inmigrante ilegal que, para evitar ser expulsado de España, intenta abrir una causa tras otra en los juzgados mientras llegan los ansiados permisos de trabajo y residencia. Para la familia es, ante todo, un caso de malos tratos por parte de la policía.

Abdejhamid El Ouahabi tenía pendiente para este mes conocer si definitivamente entraba en el cupo de los inmigrantes afortunados con un permiso que le permita quedarse en España. Para su abogado, la fulminante expulsión del marroquí ha sido una sorpresa, porque cuando acudió el pasado 17 de abril a la Oficina de Extranjeros no se le informó en ningún momento de que él tuviera pendiente una orden de repatriación: "Cursé la petición de residencia y trabajo sin problema", afirma.

Según el abogado, "si han pasado dos años y no le ha sido notificada personalmente al inmigrante la decisión de repratiación, la causa queda archivada y no se le puede expulsar". A Abdejhamid lo han repatriado en menos de una semana a partir del día de su detención en Terrassa. Su familia se queja de que ni siquiera pudo despedirse de él, aunque su tía, Montserrat Álvarez (la esposa de su tío), llegó a verlo un día antes en el centro de internamiento de inmigrantes de La Verneda.

Montserrat Álvarez asegura que vio a su sobrino asustado, con puntos de sutura en la cara y moretones en el cuello. Un informe del servicio de urgencias del hospital Mútua de Terrassa, fechado el 21 de agosto, día de la detención, a las 23.42 horas, resume que Abdejhamid El Ouahabi acudió por su propio pie al centro sanitario acompañado por la policía.

La exploración que el médico de guardia le realizó señalaba una herida con contusión y varias erosiones, debido a "una caída casual", por lo que le fue puesta la vacuna antitetánica. Montserrat Álvarez insiste en que su sobrino fue maltratado y pide que se aclare si los responsables fueron la policía de Terrassa o los agentes del centro de La Verneda. También se queja de que Abdejhamid fue expulsado del país sin causa y sin comunicar a la familia la decisión del juez.

Ahora la denuncia ha pasado al juzgado decano de Terrassa, pero, pase lo que pase, Abdejhamid ya sólo puede hablar con sus tíos por teléfono desde Tánger, quizás a la espera de otra ocasión para cruzar el Estrecho.

En una frágil patera, tal vez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_