CC OO considera "tercermundista" una unidad psiquiátrica de Málaga situada en un semisótano
Suelos levantados, grifos que no cierran, paredes desconchadas, el agua de la ducha escurriendo hacia una de las habitaciones, un área de estar muy estrecha, improvisada en un pasillo y compartida por pacientes y trabajadores. Así es la unidad de media estancia psiquiátrica del complejo hospitalario Carlos Haya de Málaga, un espacio donde hay una docena de enfermos mentales. El sindicato CC OO decidió sacar a la luz el estado "tercermundista" de las instalaciones tras haber elevado, "sin éxito", reiteradas quejas a la gerencia del hospital.
Los responsables sanitarios cuestionaron a Comisiones Obreras por hacer "una denuncia a destiempo", ya que dentro de una semana los enfermos pasarán a nuevas dependencias, cuya rehabilitación ha costado 16 millones de pesetas. Hasta septiembre de 1996, la unidad de media estancia psiquiátrica perteneció a la Diputación. En esa fecha, las instalaciones fueron transferidas al Servicio Andaluz de Salud. El SAS decidió entonces trasladar provisionalmente a los pacientes a un semisótano para poder acometer la rehabilitación de las dependencias porque estaban muy deterioradas. Pero los tres meses que debía durar la obra se transformaron en dos años. El lugar es deprimente. Un semisótano que hasta 1996 se utilizó para guardar muebles, que consta de un pasillo estrecho y unas pocas habitaciones. Los desconchones dejan en evidencia la humedad de las paredes. Algunos baños carecen de luces y en casi todos la grifería tiene pérdidas. Cuando los enfermos se duchan, el agua se escapa hacia el dormitorio más próximo. En algunas habitaciones, hay partes donde los suelos están levantados. Para CC OO, el sitio -que pertenece al complejo hospitalario Carlos Haya, pero se ubica en el Hospital Civil- no es digno ni para los enfermos ni para los trabajadores. Unos y otros comparten el área de estar, improvisada al final de un pasillo de dos metros de ancho. El mobiliario se reduce a una decena de sillas de eskai, un televisor, las camas y unos armarios viejos. Como la unidad carece de comedor y de zonas de ocio, los enfermos deben trasladarse dos veces al día a otras dependencias del hospital. "Se supone que estos enfermos están aquí para rehabilitarse y reinsertarse en el medio social. Este sitio no es adecuado para cumplir ese objetivo. Condenarlos a estar en un sótano es aberrante para su recuperación. Reconocemos que la Diputación dejó la unidad en condiciones fatales, pero luego se ha actuado de manera muy improvisada", protestó Magdalena Molina, responsable de la sección sindical de CC OO del Hospital Civil. Crisis de los pacientes Los enfermos que pasan por las dependencias suelen estar ingresados como mínimo dos meses y hay algunos que permanecen más tiempo. El dispositivo está concebido como un recurso posterior a la unidad de agudos, donde los pacientes superan sus crisis. Según el sindicato, el estado "lamentable" de las instalaciones hace que "a muchos enfermos no se les puedan dar las prestaciones que necesitan". La respuesta de los responsables del complejo hospitalario fue tan contundente como la queja de la organización sindical. Dos días después de que el sindicato denunciara el mal estado de la unidad, las autoridades sanitarias convocaron una rueda de prensa para anunciar la inauguración de una comunidad terapéutica a donde pasarán los pacientes el miércoles o el jueves próximo. "Que aquello estaba mal es verdad, pero la denuncia de Comisiones carece de sentido porque ya está todo solventado; la semana que viene los enfermos pasan a unas instalaciones que mejorarán substancialmente su situación", manifestó un portavoz del hospital. "En cuanto al mobiliario, el desgaste es mayor por el tipo de enfermos. Además, la atención del personal es modélica", añadió este portavoz. Fabio Rivas, jefe del servicio de psiquiatría, confirmó que tan pronto como se trasladen los pacientes a las nuevas dependencias se cerrará la unidad de media estancia. La denuncia sindical parece haber precipitado la presentación de la comunidad terapéutica. El viernes, responsables del hospital mostraron las nuevas instalaciones a la prensa. La zona de dormitorios está terminada, aunque carece de mobiliario. La planta baja, donde se ubican las áreas de uso común, está todavía en obras: quedan pendientes trabajos de alicatado, la colocación del falso techo y la pintura. Fuentes hospitalarias justificaron el retraso de las obras, de tres meses a dos años, en razones presupuestarias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.