Chaves paralizará el muro del Gobierno central en Doñana si el informe ambiental es negativo
Las tareas emprendidas para limpiar el cauce del Guadiamar del vertido tóxico que lo anegó hace más de cuatro meses dejaron ayer "razonablemente satisfecho" al presidente del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, que constató su eficacia a vista de helicóptero. Chaves se mostró dispuesto a paralizar la construcción del muro que construye el Gobierno central para evitar la llegada de sedimentos a las marismas de Doñana si el informe de la Consejería de Medio Ambiente sobre el impacto de la obra lo aconsejara. "Tendríamos la obligación de hacerlo", afirmó.
Otoño marca el fin previsto para las actuaciones más urgentes en el cauce del Guadiamar. "Cumpliremos los plazos con bastante holgura", se reafirmó Chaves, quien sí mostró su preocupación por otra de las tareas emprendidas: la construcción de un muro de 30 kilómetros en el Parque Nacional de Doñana. Recordó que la Consejería de Medio Ambiente debe realizar todavía un informe sobre la evaluación de impacto ambiental de la obra y, que si éste es negativo, se paralizaría. "Estaríamos incumpliendo la ley si no lo paráramos", aclaró el presidente andaluz a los periodistas. El muro es una de las actuaciones incluidas en el Proyecto Doñana 2005 , impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente, y fue iniciado hace varios días por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sin trasladar la pertinente evaluación de impacto ambiental a la Junta. La obra, presupuestada en 500 millones de pesetas, tiene por objeto proteger al Parque Nacional de los sedimentos que arrastrará el Guadiamar en invierno. Ecologistas y expertos del Consejo Superior de Investigaciones científicas la han cuestionado por su impacto en Doñana. "La conclusión que saco es que se ha producido un cambio radical desde que se produjo el accidente". Traducción a palabras de la impresión del presidente andaluz y su comitiva -entre los cuatro consejeros que le acompañaron en dos helicópteros, José Luis Blanco, titular de Medio Ambiente y Guillermo Gutiérrez, de Indus-tria-, después de sobrevolar el Guadiamar, que hace cuatro meses quedó teñido de negro. Del negro al verde Chaves dejó paso a una catarata de datos para fundamentar su optimismo: "El 70% de la superficie está totalmente limpia y en la zona de Entremuros tan sólo quedarían 130 hectáreas manchadas". Se congratuló de que "el 70% de los propietarios han hecho ofertas" para vender las fincas afectadas por la riada, suelo sobre el que la Junta proyecta crear un corredor forestal que uniría Doñana y la sierra de Aracena. "Es el fin de una etapa negra para entrar en una etapa verde", sentenció. El presidente andaluz señaló, sin embargo, que el 20% del agua tóxica que albergaba Entremuros aún está sin depurar -frente a lo que sostiene el Gobierno central, encargado de la operación, que la da por concluida-. Chaves, que cifró en 9.000 millones de pesetas los gastos de la Junta en esta fase de actuaciones, anticipó que el Gobierno regional y el central están "a punto" de formalizar el plan común de actuaciones que deben presentar a Bruselas para solicitar fondos europeos.
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