El juez de Gambia insta a los marineros retenidos a que se declaren culpables
/ ENVIADO ESPECIAL, "El próximo viernes todo será una anécdota". El secretario permanente de Exteriores de Gambia, William Joof, dejaba claro ayer el apoyo formal de su Ministerio para que los dos marineros españoles retenidos en Gambia desde hace casi 90 días puedan salir del país mañana, jueves, tras pagar 38 millones de multa. Este respaldo ha animado a los pescadores, que el lunes se vieron sorprendidos cuando el juez del caso les dijo que debían declararse culpables si querían volver a casa.
El titular de Exteriores gambiano, Lamine Sedat Jobe, fue en su tiempo uno de los más cercanos colaboradores de Federico Mayor Zaragoza en la UNESCO y tiene en muy buen concepto las relaciones de su país con España, por lo que ha apostado por que este incidente no las enturbie. Joof recibió ayer en su despacho al armador Ángel Fernández, que escasas horas antes había aterrizado en Banjul con los 38 millones de multa que exigen los jueces gambianos para liberar al capitán del Brizz III, Antonio Lozano, y a su jefe de máquinas, Domingo López, así como el barco y su carga de gambas. El representante de Exteriores comunicó su apoyo al armador para que esto se salde cuanto antes.Apenas un día antes, las cosas parecían más oscuras para los pescadores españoles. El juez M´Benga, encargado del caso, les había dicho que si querían salir del país, aparte de pagar la consabida multa, deberían firmar un certificado de culpabilidad, en el que admitieran si estaban pescando en aguas gambianas sin licencia. En este punto, tanto el armador como los marineros no están dispuestos a moverse un palmo de sus posiciones. "¿Después de que todo un pueblo y nuestras familias se han movilizado como lo han hecho, les voy a decir ahora que les he engañado, aunque sólo sea para salir de aquí? Que ni lo piensen", sentencia de bastante mal humor Domingo.
Los tripulantes del barco español bajo pabellón senegalés no han negado nunca que mientras transitaban por aguas gambianas llevaban los tangones (estructuras metálicas que sobresalen por los lados del buque y de donde cuelgan las redes) desplegados, aunque juran y perjuran que las artes estaban atadas. El llevar los tangones extendidos es ilegal y suele conllevar una ligera sanción económica si son descubiertos, de lo que se quejan los pescadores apresados en Gambia es de la desorbitada cantidad que se les exige. Las autoridades del citado país, con la firma de un documento en el que reconocieran su culpabilidad, justificarían el cobro de la citada multa ya que, hasta el momento, como no se ha celebrado el juicio, se está penalizando a unos todavía presuntos inocentes.
Más dinero
A principios de junio, escasos días después del apresamiento, las autoridades gambianas exigieron al armador un millón de dalasis (alrededor de 15 millones de pesetas) en concepto de sanción. Pero, según las palabras de Fernández, cuando éste llegó con el dinero los gambianos habían cambiado de opinión y le exigían los dos millones y medio de dalasis (alrededor de 40 millones de pesetas) que forman parte de la negociación de ahora. Este precedente añade bastante intranquilidad tanto a los pescadores como a los diplomáticos que están siguiendo este caso en Banjul. El embajador de España, José María de Otero, cruzaba ayer los dedos en su habitación de hotel y recordaba que "esto es África y el concepto del tiempo es muy distinto al nuestro". De Otero no puede ocultar su cansancio, físico pero también psíquico y sus deseos de que todo termine cuanto antes y el teléfono con un irritado Abel Matutes al otro lado deje de sonar (le llama al menos dos veces diarias).Por el momento, el plan esperado es que el jueves se deposite el dinero de la multa y las autoridades gambianas devuelvan los pasaportes a los retenidos. Ese mismo día, está previsto que el Brizz III salga hacia Dakar en donde depositará su carga, que será enviada a España a través del buque Hermanos Pinzón, tal y como es habitual entre los barcos que faenan en estas aguas del oeste africano. Los tripulantes y el armador saldrán entonces en el primer avión que despegue hacia España.
De Otero aseguraba ayer que está dispuesto a viajar con ellos a bordo del pesquero de Banjul a Dakar como señal de buena voluntad hacia las autoridades gambianas.
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