Ardanza defiende las conversaciones del PNV con HB por el rechazo que tuvo "su plan de paz"

El lehendakari, José Antonio Ardanza, clausuró ayer la quinta legislatura del Parlamento vasco con un claro respaldo a las conversaciones secretas que su partido mantiene con Herri Batasuna, diálogo que Ardanza presenta como consecuencia del rechazo, en la Mesa de Ajuria Enea, a su plan de paz. "Desde el 17 de marzo cada uno ha tirado por su camino", recalcó, y dejó claro que los peneuvistas, como ya le han dicho a José María Aznar, no creen que "la vía policial del PP sirva para alcanzar la paz". Frente a la actitud del Gobierno central, Ardanza observa en la nueva dirección de HB un "talante diferente" que abona su confianza en que la próxima legislatura "puede ser la de la paz", aunque reconoció que ignora cuándo puede anunciar ETA una tregua. Eso sí, mostró un deseo evidente: "Ojalá sea posible antes" de las elecciones del 25 de octubre.

Ardanza reunió a su Gobierno en San Sebastián para cerrar las vacaciones y firmar los decretos de disolución del Parlamento de Vitoria y de convocatoria de las elecciones autonómicas para el 25 de octubre. Luego dedicó hora y media a detallar su visión del actual momento político.El lehendakari instó a socialistas y populares, "que no conocen cómo están las cosas", a que sean "prudentes y no ridiculicen" el proceso de conversaciones que el PNV y EA mantienen con HB. Ardanza observa en los nuevos dirigentes de la coalición abertzale "un cierto cambio" respecto a la estrategia beligerante que aplicó la anterior Mesa Nacional, cuyos miembros están encarcelados. Un "talante diferente" que ejemplificó en que en el "poco tiempo que [Herri Batasuna] ha entrado en el quehacer político, ha comprobado que el éxito o el poder político real es muy superior al de todos los secuestros, chantajes y asesinatos". Por eso reclamó a ETA que "callen las armas y sea la palabra la que prime". También quiso hacer ver al autodenominado MLNV que la violencia "deslegitima al nacionalismo democrático" dando argumentos "a los antinacionalistas vascos" que les acusan de "ser causa del fascismo y la violencia". Pese a reconocer dicho cambio, el presidente del Gobierno vasco apuntó que "cuando una dirección ha estado mucho tiempo provocando la confrontación callejera, es imposible que pueda dar un cambio de 180 grados de la noche a la mañana". Así, descartó que la coalición independentista pueda entrar en el próximo Gobierno vasco "porque es imposible que el que ayer estuvo quemando trenes o autobuses sea mañana consejero".

Ardanza argumentó que no se pueden censurar los contactos con los líderes del brazo político de ETA cuando lo que se persigue es el fin de la violencia. Recordó que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, ya advirtió al PP, en una reunión del Pacto de Ajuria Enea, que aunque unos optaran por la vía policial para solucionar el problema de la violencia, su partido no se iba a "resignar" y "buscaría otros caminos". Y apostilló con un llamamiento a la necesidad de una reconciliación: "Quienes hemos vivido las persecuciones de la dictadura tuvimos la generosidad de olvidar todo, e incluso permitimos que quienes fueron adalides de la dictadura de Franco puedan ir casi los primeros en la pancarta de la democracia. Pues lo mismo pasará entre nosotros". No obstante, admitió que "aun en el caso de que la paz se consiga de inmediato, la reconciliación todavía tardará". Respecto al nuevo Gobierno que se forme tras las elecciones, Ardanza alertó de la posibilidad de que algunos partidos, en referencia a PSOE y PP, "se autoexcluyan" del mismo al plantear "condiciones imposibles". Los socialistas dejaron el tripartito en disconformidad, precisamente, con el acercamiento del PNV a HB.