17 familias de Zumárraga, desalojadas de sus casas por el fuego
El humo se filtró por todas las rendijas, y en pocos minutos las 17 familias que habitan el edificio de la calle Secundino Esnaola de Zumárraga (Guipúzcoa) tuvieron que ser desalojadas y pasar más de una hora en la calle esperando que los bomberos sofocasen el incendio. La de ayer fue una más de las situaciones que cientos de vecinos del País Vasco se ven obligados a vivir cuando un grupo de encapuchados prende fuego a todo lo que encuentra en su camino.Una más para las frías estadísticas, pero una experiencia única, terrible, para quien ve sorprendido el sueño y tiene que abandonar su casa a toda prisa para no arder con ella. "Por desgracia, estamos ya habituados a estos salvajes, que se nota que están organizados y no me extrañaría que fuesen del pueblo", aseguró un vecino, mientras otra callaba y decía que no podía hablar. Una vez pasado el primer susto, los vecinos se preguntaban sobre las razones que les mueven a los que practican la violencia callejera a hacer este tipo de atentados. "El banco lo arreglan en cuatro días, pero si a nosotros nos dejan carbonizados cómo lo arreglan", se preguntaba una de las inquilinas del edificio donde está la sucursal siniestrada. Los agentes de la Ertzaintza tuvieron que sacar del tercer piso a un vecino minusválido que vivió la situación atemorizado hasta que no salió a la calle, según comentó su padre. Otra vecina se lamentaba de que este tipo de sucesos siempre lo pagan los mismos: "Siempre los más inocentes; lo que hace falta es que esto lo arreglen cuanto antes los que lo tienen que arreglar".
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