'No' a la caridad de la Duma

Puede que Borís Yeltsin esté en la cuerda floja, pero todavía intenta mantener el tipo. Tras asegurar el viernes por televisión que piensa agotar su mandato presidencial y que no será candidato a la reelección en el año 2000, el líder del Kremlin, puso ayer estas palabras en boca de Alexandr Kotenkov, su representante ante la Cámara baja del Parlamento: "Borís Nicolaiévich no necesita la caridad de la Duma".Kotenkov anunciaba así la petición del presidente de que se retirase del acuerdo que se estaba forjando entre el Ejecutivo y el Legislativo el apartado en el que se recogían las garantías de inmunidad una vez que abandone el poder, ya sea dentro de dos años, cuando caduca su mandato, o antes, si la dinámica de la crisis le obliga a dimitir.

En los últimos días, se ha especulado con que la Duma decidiría, a cambio de una sustancial renuncia de Yeltsin a sus atribuciones constitucionales, que fuese nombrado senador honorario (lo que le proporcionaría diez años de inmunidad) y que se suspendiese el juicio político abierto ya en la Cámara baja y que pretende su destitución.

Por mucho que su poder esté hoy en su momento más bajo de los últimos siete años, Yeltsin sigue siendo el presidente de Rusia, la segunda potencia nuclear del planeta, y en calidad de tal prepara este fin de semana, en una residencia campestre cercana a Moscú, la cumbre que se iniciará el martes con su homólogo norteamericano. Aunque no sea el mejor momento para negociar nada, Bill Clinton no ha querido asumir el costo que para el líder del Kremlin habría supuesto en las actuales circunstancias la suspensión de la visita.