Las autoridades rusas pactan un cambio radical de política económica con medidas de intervención
El Banco Central de Rusia anuló ayer todas las operaciones en divisas extranjeras en el mercado interbancario y anunció que las suspendía "hasta nuevo aviso". La cotización oficial del dólar fue establecida en 7,86 rublos por unidad, ignorando la caída de la moneda nacional, que en las casas de cambio llegó a venderse ayer hasta a 14 rublos por dólar. Mientras tanto, la comisión creada por representantes de la Duma Estatal, el Consejo de la Federación y el Gobierno ruso consensuaron ayer un documento en el que proponen un cambio radical de la política económica.
Las propuestas contenidas en el documento contemplan una fuerte intervención del Estado, medidas proteccionistas, fijación de la cotización del dólar, emisión monetaria y nacionalizaciones. Todas estas medidas están reñidas con el programa pactado por el Gobierno anterior con el Fondo Monetario Internacional (FMI).La entidad emisora rusa optó por suspender las operaciones del mercado interbancario de divisas al poco de comenzarlas ante la fuerte caída del rublo y después decidió tomar una medida sin precedentes al anular todas las transacciones en moneda extranjera, y no sólo las de compra de dólares, como el día anterior. No habrá operaciones en el mercado interbancario hasta nuevo aviso, informó el Banco Central, y más tarde anunció que hoy no se reanudarían. La cotización oficial del dólar fue fijada en 7,86 rublos por unidad, lo que corresponde al precio a que cerró el mercado interbancario el martes. Esta medida es interpretada por muchos analistas como el comienzo de la aplicación de la nueva política económica que pide la comisión tripartita presidida por Vladímir Rizhkov, el vicejefe de la Duma Estatal en representación de Nuestra Casa es Rusia (NCR), el partido que lidera el primer ministro Víktor Chernomirdin.
El programa consensuado propone, en palabras de Rizhkov, defender el mercado nacional "con medidas aduaneras", es decir, proteccionistas; "que el Estado se haga cargo de los bancos que no pueden cumplir con sus obligaciones", es decir, que los nacionalice; que haya una "emisión controlada" de moneda nacional, que se apliquen medidas administrativas para fijar la cotización del rublo, y que se emprendan muchas otras acciones que recuerdan los tiempos soviéticos. Esto puede conducir al resurgimiento del mercado negro y la hiperinflación.
Estas medidas deben ser recibidas con preocupación por los países occidentales que piensan que el Gobierno ruso debe seguir con las reformas. El problema es que este plan, que según la comisión tripartita, está llamado a salvar a Rusia, se contradice con el programa pactado con el Fondo Monetario Internacional en julio, cuando éste aprobó la concesión de un importante crédito.
A juzgar por declaraciones anteriores de Víktor Chernomirdin, el primer ministro está de acuerdo con esas medidas. Ello no impidió, sin embargo, que Chernomirdin fuera anteanoche a Crimea a entrevistarse con Michel Camdessus, el director del FMI, con el que estuvo conferenciando hasta muy entrada la madrugada. Chernomirdin declaró ayer que Camdessus respalda a Rusia. Aunque el FMI dijo que no se había hablado de créditos, fuentes cercanas al jefe de Gobierno ruso afirman que éste si pidió ayuda extraordinaria. Pero los países occidentales, y ante todo Alemania, el principal acreedor de Moscú, son reacios a ayudar a Rusia si ésta no continúa las reformas económicas.
La Bolsa de Moscú tuvo que interrumpir sus operaciones debido a la estrepitosa caída de las acciones, y finalmente cerró con una baja del 17,13%.
Ante esta situación, los rusos sigue mostrando señales de pánico. Ayer se formaron largas colas de gente ante los bancos para retirar su dinero y cambiarlo por otras divisas, a pesar del alto precio a que se vendía el dólar, y en los supermercados y tiendas de abastos. En Moscú, el precio normal era de 12 rublos por billete verde, mientras que en algunas regiones, concretamente en Birdobidzhán, en el Extremo Oriente de Rusia, la moneda estadounidense llegó a costar 14 rublos. Aún así había escasez de dólares. Mucha gente recorría las tiendas de muebles y electrodomésticos para invertir haciendo compras importantes, pero la mayoría de éstas cerraron para reajustar los precios de acuerdo con la depreciación de la moneda nacional. Los rusos se están dedicando a comprar todo lo que pueden y a acaparar productos como en la época soviética.
Las reservas del Banco Central de Rusia siguen disminuyendo catastróficamente. El pasado 21 de agosto las reservas en divisas y oro sumaban apenas el equivalente a dos billones de pesetas, cifra de la que debe descontarse la sangría sufrida los pasados lunes y el martes.
Por otra parte, ayer, un grupo de cinco grandes de la banca privada rusa, el segundo en esta semana, anunció su fusión para sobrevivir al impacto de la crisis. Del grupo forman parte los bancos NRB e Incombank, que cuentan con una significativa participación de Gazprom.
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