La economía valenciana crece por debajo de las de otras comunidades típicamente turísticas

La Comunidad Valenciana creció el año pasado a menor ritmo que otras autonomías españolas que compiten con ella por el negocio turístico, debido al retroceso de los sectores agrícola, industrial y constructor. El PIB valenciano aumentó menos que el de otros destinos turísticos como Baleares, Canarias, Andalucía o Cataluña, lo que colocó al turismo local en inferioridad de condiciones con respecto a sus competidoras. Así lo recoge el profesor de la Universidad Jaume I de Castellón Vicente M. Monfort en un informe sobre el turismo de la Comunidad Valenciana durante 1997.

El comportamiento el año pasado de sectores como la agricultura, la industria o la construcción lastró la potencialidad del turismo valenciano, que sí logró mejorar sus resultados con respecto al año anterior. "Ésta no es una buena noticia, ni refleja la situación envidiable que se ha podido transmitir, pues las regiones competidoras del turismo valenciano están teniendo más capacidad de modernizar sus aparatos productivos", apunta el profesor de la Universidad Jaume I de Castellón Vicente M. Monfort en un informe elaborado para la Asociación Española de Investigaciones Turísticas (AECIT). Esta situación exige, a juicio de Monfort, una reflexión profunda acerca de la política turística que debe adoptar la Comunidad, teniendo sobre todo en cuenta que el modelo valenciano está maduro. En este sentido, el profesor considera "continuista" y "poco innovadora" la política de la Generalitat en esta materia. Según Monfort, las únicas decisiones de la Administración valenciana han sido cambiar de nombre el órgano gestor del turismo -de Itva a Agencia Valencia de Turismo-, aprobar una ley de turismo indefinida en sus aspectos más cruciales y crear un parque temático en Benidorm -Terra Mítica-, del que no se ha explicado su oportunidad, viabilidad, dimensión o eficacia. Más allá de las críticas a la gestión, el informe hace un extenso análisis de lo que fue la campaña turística del año pasado. En ella se constató que la Comunidad Valenciana es el destino turístico más solicitado por los españoles, mientras que para los extranjeros se sitúa en tercer lugar. La ocupación hotelera creció el año pasado un 5% con respecto a 1996, gracias a una mayor afluencia de turistas extranjeros. De estos últimos, seis de cada 10 procedían del Reino Unido, seguidos de los ciudadanos del Benelux. Los mayores crecimientos se dieron, sin embargo, en el mercado italiano, alemán y portugués. El litoral de Alicante, sobre todo Benidorm, y la ciudad de Valencia fueron los destinos donde más creció la ocupación hotelera. Por otro lado, los esfuerzos por desestacionalizar el turismo -de negocios, tercera edad, juvenil, cultura, salud, etcétera- no han compensado el peso del turismo de sol y playa. Pese a todo, las actividades relacionados con los negocios y congresos se valoraron el año pasado sólo en Valencia en 9.400 millones de pesetas. El volumen generado por el turismo de salud se cifró en otros 1.000 millones de pesetas. El estudio constata además la alta ocupación hotelera de destinos como Benidorm que concentra el 40% de las plazas de la Comunidad. "Éstos [los hoteles] no han dado sin embargo un salto cualitativo en su oferta y siguen basando su función en una alta rotación de clientes a bajo precio", apunta Monfort. Por otro lado, la Comunidad se ha especializado en hoteles de categoría media-baja.La reestructuración de la oferta hotelera valenciana, tan necesaria a juicio de Monfort, requiere una estructura empresarial sólida y alejada de los negocios familiares, más usuales en los casos de los establecimientos de menor categoría.