El precio de la primera cornada

"Me costó la mitad de los gastos. Para qué voy a mentir. Esto es así". La frase corresponde a un novillero herido recientemente. Pide confidencialidad. "Si se sabe que lo he dicho yo, me vetan", apostilla. El joven se refiere a la costumbre de pagar por torear que cunde en las zonas más modestas de la fiesta. Por lo demás, un silencio espeso se extiende sobre el asunto. En poquísimos contratos, se juegan su futuro. Van a por todas. Resultado: este mes, los novilleros José Manuel Granados, Gonzalo Hernando y Paco Pavón han sido heridos de gravedad. El segundo de ellos, lesionado en la columna vertebral, lucha por recuperar la movilidad de las extremidades."Lo que más me duele de todo es que voy a perder la corrida del domingo", dice Pavón. El salmantino de 21 años se enfrentó anteayer en Puerto Banús (Marbella) al afilado hierro de Pablo Romero. En el segundo de su lote, "al rematar los naturales con un pase de pecho" -dice-, fue corneado en su muslo izquierdo. Una brecha limpia de 18 centímetros de profundidad fue el balance del encuentro. Era su tercera novillada del año. La semana próxima le esperaba en Alba de Tormes, una ansiada cita ahora perdida. La misma tarde, prueba de la seriedad del encierro, otro percance: David Santos pasó por la enfermería con una cornada interna. Los dos se recuperan.

"En cualquier caso, no me puedo quejar", añade Pavón antes de referirse al más maltrecho de sus compañeros. Gonzalo Hernando, de 19 años, debutaba con caballos el pasado lunes 17 en Cantalejo (Segovia). "He coincidido con él en tentaderos y se arrimaba de verdad", afirma el novillero. "Se encontraba a gusto y con ganas de aprovechar lo último que podía dar el novillo. Le agarró, le tiró al aire y no le dejó caer", recuerda Andrés Hernando, padre del herido. Tras una intervención de cuatro horas en la que se le practicó "un injerto del hueso de la cadera en las cervicales fracturadas", según relata el padre, Gonzalo progresa lentamente. "Mueve los dedos y puede levantar el brazo. Va bien", continúa Andrés.

"Veo doble"

"Está costando mucho. Primero la rodilla y ahora esto. Después de lo que le ha pasado para recuperarse de la pierna...", se lamenta el padre. Se refiere a una lesión cuya recuperación le ha tenido ocupado hasta poco antes de su debú con picadores. "Yo no quería que fuera torero. Cuando me lo dijo, creía que era solamente para saltarse la escuela. Pero él insistió y me demostró que lo suyo era de verdad", relata Andrés y vuelca toda su preocupación en el diagnóstico facultativo: "No saben si se recuperará al cien por cien".Mejor parado, contra todo pronóstico, resultó José Manuel Granados. El jerezano de 18 años fue alcanzado en la cara el pasado día 7 en Málaga. El recuerdo de la cogida que sufrió el matador Franco Cardeño en Sevilla aún estaba fresco. Sin embargo, el miércoles empieza su entrenamiento. "Tengo la cara hinchada y cuando miro para los lados, veo doble", dice. "De momento, llevo la temporada muy bien. He estado en seis novilladas y, lo más importante, no he puesto ni una peseta. Tengo claro, sin embargo, que lo difícil de verdad está por venir: cuando debute con picadores y deje de ampararme la escuela de tauromaquia de Jerez. Si no encuentro a alguien que me apoye lo pasaré tan mal como todos. ¿La cogida? Eso ya es pasado", concluye.

Por otro lado, Manuel Díez El cordobés, Canales Rivera y José Antonio Iniesta evolucionan favorablemente de sus cogidas recientes. El primero fue herido en el glúteo y los gemelos durante la corrida del sábado en Málaga. "Se encuentra muy dolorido, pero en 12 días podrá reaparecer", comentó ayer desde el hospital su hermano José María. Canales, corneado en el cuello el martes último, será dado de alta hoy. "Si no hay imprevistos", puntualizó su padre. Por último, Iniesta confía en torear el sábado en su pueblo.