La Comunidad sopesa remodelar el Jarama para acoger carreras de F-1

VIENE DE LA PÁGINA 1Cuando se empezó a hablar de un posible nuevo circuito para la Comunidad de Madrid, más de un alcalde se concentró en estudiar los planos de su término municipal para determinar si había algún hueco donde albergar unas instalaciones de indudable atractivo por su proyección internacional. Al menos tres municipios presentaron su candidatura, de manera más o menos formal, ante la Consejería de Economía. Al final puede que los tres se tengan que quedar con las ganas.

El más raudo de los ofertantes fue el alcalde de Getafe, Pedro Castro, del PSOE. El pasado 6 de abril, el regidor almorzó con el titular de la consejería, Luis Blázquez, para persuadirle de la conveniencia de erigir el circuito en el complejo del Arroyo Culebro, concretamente sobre la finca de 1.892.000 metros cuadrados que a principios de la década se reservó para la frustrada ciudad deportiva del Atlético de Madrid. Blázquez acogió esta posibilidad con interés, puesto que la disponibilidad de terreno era holgada y el acceso se presumía cómodo desde la carretera de Andalucía (N-IV). De paso, la idea encajaba con la promesa electoral de Ruiz-Gallardón de gobernar mirando al sur y al corredor del Henares, las comarcas económicamente más deprimidas de Madrid.

Suelo en abundancia

Tras conocer las aspiraciones getafenses, el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes también se sumó a la idea de albergar el nuevo circuito, puesto que el Jarama ya se levanta sobre su término municipal. Y aún se ha presentado un tercer aspirante, la pequeña localidad de Campo Real, que cuenta con un elemento a su favor: el impacto sonoro del circuito sería sensiblemente menor que el del segundo aeropuerto que la Comunidad auspicia -aún sin éxito- en ese municipio.

Las tres alternativas son factibles, reconocen sin ambages en la Comunidad de Madrid, e incluso podría encontrarse alguna otra más de parecido interés. Lo ha asegurado el propio consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés: "Esta consejería se ha preocupado en estos tres años por comprar abundante suelo en muchos sitios, así que eso no sería ningún problema", presumió.

Sin embargo, su tesis es que tampoco hay por qué abordar una operación de estas dimensiones cuando la solución puede ser mucho más sencilla. "Cualquier cosa que se haga a este respecto se debe consultar en primer lugar con el RACE [Real Automóvil Club de España], puesto que no tiene sentido abordar ninguna inversión sin haber buscado antes una solución para las instalaciones actuales", recalcó Cortés. Y agregó: "Creo que lo primero que debemos hacer es considerar si se puede conservar el actual circuito". La opinión del RACE, a este respecto, es inequívoca. Su presidente, Fernando Falcó, admitió que los esfuerzos de diferentes alcaldes por disponer de un circuito eran merecedores de elogio, pero subrayó: "El Jarama ya cuenta con una pista, más de treinta años de historia a sus espaldas y un nombre que reconoce de inmediato cualquier aficionado al motor del mundo".

Falcó insistió en que el único problema para que Madrid acoja una prueba del Mundial de F-1 es el de la financiación, en ningún caso el del escenario. "En el Jarama puede disputarse un gran premio en cualquier momento. Sólo sería necesaria alguna pequeña reforma en los boxes [áreas de asistencia mecánica para las escuderías], y poco más", apuntó.

La idea de racionalizar gastos en este capítulo seduce a una buena parte del Gobierno regional. Sobre todo, por un motivo muy elemental: la competencia de Jerez de la Frontera y Montmeló es fuerte, así que Madrid difícilmente podría aspirar a una cita anual con el circo del motor. Triunfe la candidatura de un Jarama remozado o se decida la balanza por las otras opciones, en ningún caso habrá una decisión definitiva al respecto durante los nueve meses escasos que le restan a la presente legislatura. Los madrileños deben renovar a sus mandatarios locales y autonómicos en las elecciones del primer domingo de junio, así que será el Gobierno que salga ese día de las urnas el que haya de afrontar esta cuestión. Cortés es rotundo en este sentido. "Antes de plantearnos en profundidad todo el tema del circuito hay que esperar a las próximas elecciones", corrobora. Si el PP revalida la confianza del electorado, el circuito se perfila como una de las primeras actuaciones para el mandato 1999-2003.