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La Junta detectó casi 300 casos de fraude en la solicitud de ayudas europeas en la última campaña

Campaña agrícola 1997/98. Una sociedad de Murcia, participada por una desmotadora de algodón de la misma provincia, presenta una petición de ayuda europea a la Consejería de Agricultura. Solicita una subvención para el cultivo de algodón. Pero, sorpresa: la solicitud corresponde a una superficie que no era otra cosa que un magnífico olivar de Jaén, cuyo propietario no sólo no había pedido ayuda alguna, sino que además desconocía que sobre sus tierras pesase una solicitud de subvención. En esta campaña, Agricultura ha detectado cerca de 300 fraudes similares.

Las inspecciones realizadas por la Junta de Andalucía -en este caso, el cruce de datos con el catastro- han detectado el engaño, fruto de algo más que una simple picaresca. Ahora, este caso ha sido remitido a la Fiscalía ante la existencia de un presunto delito. El ejemplo de la empresa de Murcia es uno de los casos de fraude más flagrantes a las ayudas europeas descubierto por Agricultura, tras los controles de las solicitudes de ayudas para los cultivos de superficie, como cereales, oleaginosas o proteaginosas. Es uno de los cerca de 300 casos de fraude o negligencia grave de los agricultores detectados en la campaña recién terminada. Un fraude que, de no haber sido detectado, podría haber ascendido a unos 2.000 millones de pesetas y que, en los casos más graves, tenía el mismo modus operandi: solicitar ayudas para cultivos COP (cereales, oleaginosas o proteaginosas) que no habían sido sembrados y plantando en su lugar otros cultivos que no son objeto de subvención. El resultado, conseguir una ayuda y además el valor del producto sembrado. Pese a estos casos de fraude, los agricultores andaluces no son muy dados a engaños. Tras los controles de la última campaña, el fraude no supera el 5%, un porcentaje que el director general de Ayudas, Félix Martínez, considera aceptable, aunque admite que lo "ideal es que no hubiese ningún caso". Durante este año, se han incrementado hasta un 8% las inspecciones de la Junta, cuando el mínimo al que obliga la Comisión Europea es del 5%. El motivo, las últimas denuncias sobre supuestos, y aún no demostrados, fraudes en cultivos como el algodón. De los 62.000 expedientes presentados por los agricultores, se han controlado más de 5.000. Y se han realizado por distintos sistemas. Desde la visita sobre el terreno con equipos de medición de los inspectores hasta la teledetección, bien a través de satélite, bien de fotografías aéreas. El 80% de los expedientes controlados han sido correctos, mientras otro porcentaje, que ronda el 15%, tenían pequeñas irregularides que han sido subsanadas tras detectarse o que se han saldado con penalizaciones sobre el montante total de la ayuda solicitada. El resto son los considerados por la Junta como casos de fraude o negligencia grave y que se saldan con la exclusión de las ayudas o la imposición de sanciones, pasando incluso por su denuncia a la Fiscalía. De este último grupo -283 casos en total, lo que representa el 5%-, la mayoría corresponden a la inclusión deliberada en las solicitudes de ayudas de datos considerados falsos, bien por no haber sembrado el cultivo que declaran o porque la superficie declarada es mayor a la real. Son 241 casos, sancionados con la retirada durante esta campaña y la siguiente de las ayudas europeas. Otros 37 han realizado declaraciones falsas, lo que se entiende como una negligencia grave que supone la exclusión de las ayudas para una campaña. Por último, se encuentra un grupo de cinco agricultores que también se quedarán sin subvenciones por no haber facilitado los controles sobre sus cultivos. Sevilla, en cabeza Por provincias, Sevilla se lleva la palma, ya que aglutina 213 casos de fraude. Y 200 de ellos, considerados como los más graves al tratarse de declaraciones falsas realizadas deliberadamente. Le sigue de lejos en cuanto a número de fraudes Córdoba, con 24 casos, y Jaén y Cádiz, ambas con 19. En el resto de provincias los fraudes son casi inexistentes, muy probablemente porque las plantaciones de los cultivos COP son muy inferiores a las del resto. Las ayudas por superficie, junto a las que hasta ahora ha venido recibiendo el olivar, se llevan la mayor parte de los fondos comunitarios que llegan a Andalucía en concepto de subvención europea. Este año, los cereales, oleaginosas y proteaginosas se repartirán, aproximadamente, unos 80.000 millones de pesetas.

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