Las banderas vuelven a ondear sin incidentes en las fiestas de Bilbao

La guerra de las banderas en el día grande de la Aste Nagusia lleva camino de convertirse en un recuerdo del pasado. Por segundo año consecutivo, las banderas oficiales -la ikurriña, la española, la de Vizcaya y la de la ciudad- ondearon ayer en el balcón del Ayuntamiento de Bilbao sin que se produjera ningún tipo de incidentes. La izada de banderas no estuvo rodeada, sin embargo, de un clima de total normalidad: un dispositivo policial disuasorio, formado por diez furgonetas, un vehículo antidisturbios de lanzamiento de agua y un helicóptero, custodió desde horas antes la casa consistorial. Las banderas sólo permanecieron en sus mástiles durante hora y media. Empleados municipales izaron las banderas a las 10 de la mañana, una hora más tarde de lo previsto, ante un escaso público formado por periodistas y curiosos, que aguardaban el eventual inicio de incidentes. Las protestas contra la enseña española se redujo a los gritos y silbidos de un pequeño grupo de personas en el momento en que fue izada. Las cuatro banderas fueron arriadas a las 11.45 horas. Al igual que en 1997, las comparsas realizaron una izada alternativa de la ikurriña en solitario en la Plaza Nueva, en medio de un ambiente de romería. El acto, convocado por la coordinadora de comparsas para evitar la explosión de violencia en las inmediaciones del Ayuntamiento que se registraba otros años tras la izada de la bandera española, contó con la presencia de los concejales de Herri Batasuna de Bilbao Dabi Alonso e Ibón Arbulu y del miembro de la Mesa Nacional Joseba Permach. Las comparsas repitieron en la Plaza Nueva el ceremonial desarrollado en la pasada edición de la Aste Nagusia. La ikurriña fue enarbolada ante un tablero de cinco metros de altura que representaba simbólicamente la fachada del Ayuntamiento.