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Imágenes de los horrores

El catedrático de Historia del Arte y Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, Pedro Navascués, habló ayer del problema del corpus patrimonial y expuso el antes y el después de diferentes intervenciones urbanísticas, realizadas en los más distantes y variados puntos de España, que forman lo que él llama sus particulares "imágenes de los horrores". "Falta una política de restauración que vele por lo bienes", no se cansa de repetir el catedrático, "y la mayor parte de las comisiones del patrimonio están formadas por profesionales que nada saben de arte". Es necesaria esa política, explica, "porque no se pueden seguir dejando estas intervenciones a manos de arquitectos que van cambiando con cada legislatura con criterios arbitrarios, que no tienen continuidad, que van dando paso a otros con criterios opuestos. Se hacen las cosas sometidas a tiempo legislativo, y eso, en política de restauración, es una barbaridad".

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No es para menos. Iglesias antiguas, con sus torres aisladas, cuyo espacio es invadido por casas de cuatro pisos. Tejados de catedrales, adornados con modernas entradas de luz o con peculiares detalles en la portada, ocurrencias del rehabilitador local y que desvirtúan el estilo original de la construcción clásica. Y un largo etcétera de ejemplos que, según Navascués, no ha tenido que buscar porque cualquiera se los puede ir encontrando por pequeños pueblos y grandes ciudades de España.

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