Los descensos vuelven a las bolsas mientras la crisis de las divisas se acerca también a América del Sur
Los mercados de valores occidentales volvieron ayer a los datos negativos. La bolsa que salió peor parada fue la alemana, ante la dificultad de alcanzar soluciones rápidas en la crisis financiera rusa y el índice de Francfort perdió un 2,06%. Londres bajó un 0,47%, y París, el 0,93%. La Bolsa de Nueva York, que abrió con un descenso de 70 puntos, repuntó tras el anuncio presidencial de los ataques sobre Afganistán y Sudán. A media hora del cierre tan sólo perdía 22,1 puntos. La Bolsa de Madrid cedió un 1,59%, 14,17 puntos, ante los primeros rumores de problemas con las divisas en algunos países de Suramérica en los que los grandes bancos españoles, y algunas empresas, mantienen importantes inversiones. Los rumores, y los datos reales, sobre devaluaciones de divisas saltaron simultáneamente en tres países, Chile, Venezuela y Brasil, haciendo florecer los nervios, aunque fueron rápidamente desmentidos. Los temores de muchos analistas sobre el traslado de las crisis asiática y rusa a América del Centro y Sur empezaban a cobrar cuerpo, a pesar de que hasta el momento tan sólo en Chile se afirma que el peso ha sufrido una devaluación real en los últimos meses.
El ministro de Planificación de Venezuela, Teodoro Petkoff, habló de "conspiración financiera" al referirse a un banco de su país como el causante de los rumores de que el Gobierno estaba preparando una devaluación del bolívar.
En Brasil se produjo una salida de casi mil millones de dólares el pasado martes, debida a vencimientos de inversiones a corto plazo, y en los próximos 60 días lo harán otros 5.000 millones de dólares, según Gustavo Franco, presidente del Banco Central de Brasil, con lo que trataba de frenar los rumores que relacionaban esta salida de divisas con la crisis de Rusia.
En Chile, la moneda local, el peso, se ha devaluado un 13,8% desde octubre. Los nervios de los inversores alemanes y españoles ante los riesgos contraídos por muchas de sus empresas en Rusia y América del Sur se tradujeron en un trasvase masivo de fondos hacia el mercado de deuda, en el que forzaron nuevos mínimos históricos en rentabilidad. La deuda alemana bajó hasta el 4,34%, y la española, hasta el 4,67%, en un movimiento contrario a la lógica de los mercados, en los que debe coincidir esa caída de tipos con una subida de las cotizaciones. El diferencial entre España y Alemania creció hasta 0,33 puntos, uno de los datos más altos de este ejercicio.
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