La rebelión prepara el poskabilismo
En Goma, el cuartel general de la rebelión en el este de la República Democrática de Congo (RCD), reina la calma. Los combatientes banyamulengues (tutsis), apoyados por Ruanda y por los desertores de las fuerzas del presidente Laurent Kabila, controlan toda la región y sus tres principales ciudades: Goma, Bukavu y Uvira. Los niños se bañan en el lago Kivu y las mujeres van al mercado. La guerra está lejos, en Kisangani (centro) y en Kinshasa (Oeste), cuya inminente caída se anuncia cada día en Goma, donde estalló la rebelión el pasado día 2. Precisamente en la capital de la región de Kivu del Norte, la heterogénea dirección de los insurgentes intenta preparar las estructuras políticas del poskabilismo tras la creación de la Unión Congoleña por la Democracia. El veterano opositor democrático Arthur Z'Ahidi Ngoma, proclamado jefe de la rebelión la semana pasada, parece compartir el poder con antiguos compañeros de viaje de Kabila, como el exministro de Exteriores Bizima Karaha, o viejos mobutistas, como Lunda Bururu. Estos líderes discuten ahora sobre un incierto futuro, a pesar de las primeras victorias rebeldes, en la mansión presidencial de Goma, un lujoso palacio construido por Mobutu y utilizado por Kabila.
"Queremos dar un sentido a este movimiento; si no, sólo será un nuevo golpe militar", advierte Z"Ahidi, "ya que, además de derrocar a Kabila, nuestro objetivo es restaurar la democracia".
Pero en el organigrama político anunciado el pasado domingo no figura Z"Ahidi, considerado próximo a Uganda por los ruandeses, que prefieren a Karaha. Los rebeldes prefieren seguir con el entusiasmo de sus conquistas sin afrontar las incertidumbres del mañana.
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