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Kabila envía refuerzos al frente ante la ofensiva de los rebeldes

Columnas de carros de combate y camiones con centenares de soldados leales al presidente de la República Democrática de Congo (RCD), Laurent Kabila, se dirigieron ayer hacia el frente de combate occidental en un intento de detener el avance de las fuerzas rebeldes, integradas mayoritariamente por tutsis, hacia la capital del país. El viceministro del Interior, Faustin Muneme, dirigía uno de los convoyes que acudieron a reforzar a las tropas gubernamentales en Mbanza Ngungu, a unos 120 kilómetros al oeste de Kinshasa. En la capital se pudo escuchar desde el atardecer el estruendo del fuego de piezas de artillería. Los comandantes rebeldes, por su parte, aseguraron que proseguían su avance hacia Mbanza Ngungu, donde se encontraba estacionada la principal unidad de blindados del antiguo Zaire bajo el régimen del mariscal Mobutu. Testigos llegados a Kinshasa desde el frente informaron durante el pasado fin de semana de que las fuerzas leales a Kabila se estaban replegando tras la caída en manos de los rebeldes de la central hidroeléctrica de Inga, la más importante de la RCD, y del puerto fluvial de Matadi, desde donde se controla la zona navegable del río Congo. La retirada de las tropas gubernamentales fue patente en la ciudad de Songololo, al suroeste de Mbanza Ngungu, que parece haberse convertido en una tierra de nadie.

Los habitantes de Mbanza Ngungu han respondido al llamamiento del presidente Kabila a defender su tierra frente a los tutsis, originarios del este del país, y han levantado barricadas y defensas en los principales accesos a la ciudad. "Contamos con todos los medios para impedir que [los rebeldes] lleguen a Kinshasa", aseguró en la capital el ministro de Información, Didier Numengi.

Implicación de Angola

La proximidad de los combates a la frontera con Angola hace temer una eventual implicación del Gobierno de Luanda en el conflicto. Kabila ha acusado de apoyar los rebeldes a sus antiguos aliados angoleños y ugandeses, que le ayudaron a derrocar a Mobutu en mayo del año pasado. Mientras tanto, la Organización para la Unidad Africana (OUA) pidió ayer a los rebeldes banyamulenges (tutsis congoleños) que depongan las armas y negocien con las autoridades de Kinshasa. Los ministros de Exteriores de Zimbabue, Zambia, Namibia y Tanzania, que llevan a cabo una misión de mediación en nombre de la OUA, viajaron ayer a Goma, capital de los banyamulenges, en el este de la RDC, para reunirse con los líderes de la rebelión contra Kabila.

La conquista de la central hidroeléctrica de Inga por parte de los rebeldes ha obligado a la población de Kinshasa a movilizarse para hacer frente a la falta de electricidad y agua potable. El suministro fue parcialmente restablecido en la mañana de ayer en algunos barrios de la capital. En las gasolineras se formaron también largas colas de automovilistas que intentaban llenar los depósitos.

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