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Tribuna:GENTE EN VERANO
Tribuna
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La dispersa agenda real

Juan Antonio Carbajo

Faltan 500 días para el año 2000. Eso lo saben bien en París o Londres, donde se han instalado pantallas electrónicas en lugares emblemáticos (la torre Eiffel y Picadilly Circus, por ejemplo) para seguir puntualmente la cuenta atrás. Los días empiezan a contarse al revés, como lo hacen los veraneantes agosteños, que ya ven más cerca el final que el principio, o los que aguardan con inquietud el mes de octubre (o quizá septiembre), las fechas anunciadas por el Ministerio de Sanidad para que las farmacias españolas empiecen a despachar la píldora Viagra. A más corto plazo, en Mallorca se especula sobre el día en que toda la familia real coincida en Marivent, lo que no parece fácil, dada la dispersión de las agendas. Llegó el domingo el príncipe Felipe de su gira por América y se fue su padre de regata a Cascais (Portugal), donde va a participar en el trofeo de vela Rey Juan Carlos I, que empieza hoy. La infanta Cristina tuvo que viajar a Lanzarote para poder ver a su marido Iñaki Urdangarín, que estaba concentrado en la isla junto al resto del equipo de balonmano del Barcelona. Sólo pudieron estar juntos cuatro días. Cristina regresó a Barcelona. La infanta Elena sigue recuperándose en Madrid. Su marido, Jaime de Marichalar, decidió darse un respiro, aunque breve, y el viernes se fue, solo, a Sotogrande (Cádiz), a entregar los premios de un torneo de polo. Marichalar, que suele ser un asiduo cada verano en esa competición, apenas permaneció unas horas. Acabados los partidos, volvió a Madrid sin tan siquiera poner un pie en la casa que los Marichalar poseen en la misma urbanización, informa Cándido Romaguera.

Al que ya se le han acabado las vacaciones, después de dos semanas de playa en Nerja, es a Alberto Ruiz-Gallardón, según cuenta Fernando Neira. El presidente de la Comunidad de Madrid regresa hoy al albero político, aunque la metáfora, como se verá ahora, no es la más afortunada. El mandatario visitará hoy el pequeño pueblo de Fresno del Torote para bendecir algunas obras hechas por su Ejecutivo. Todas, menos la plaza de toros, porque el político ha decidido no inaugurar cosos taurinos. A este paso, nunca conseguirá ser el pregonero de Villanueva del Segura, un municipio murciano donde amenizan las fiestas con un deporte no olímpico y de dudoso gusto llamado fútbol-vaca (véase en la foto al ternero a punto de despejar el balón y al defensa).

En las revistas de la semana, Época muestra su desazón porque este verano no ha logrado encontrar "la dama de corazones". Isabel Presley, Marta Chávarri o Isabel Sartorius han dejado el trono vacante y no hay ya quien cautive a hombres poderosos o arruine carreras y matrimonios. El artículo apunta dos razones: "la saturación que tenemos de todas las aspirantes" y la televisión, "que ha revolucionado el mundo de la frivolidad". Pero quizá el motivo más poderoso es que Mónica Lewinsky ha puesto el listón muy alto. Su historia ha inspirado a los publicitarios. En un anuncio televisivo en Israel, por ejemplo, dos agentes del FBI se encargan de comprobar el poder limpiador de un detergente con el vestido de Mónica, del que se apropian subrepticiamente. Una vez lavado, presentan los resultados en la Casa Blanca. El vestido quedó inmaculado, pero los agentes cogieron el que no era. A falta de reina de corazones, en Marbella triunfan los llamados barones negros. Una enigmática pareja, que se presenta como los barones Lewe van Aduard, acude a las fiestas benéficas vestida de negro y montada en un viejo Cadillac rojo, cuenta Jorge L. Soria. Los nobles, cuyo verdadero origen se desconoce, se han convertido en la sensación de un verano local carente de novedades. Los famosos se repiten en las numerosas fiestas que se organizan para recaudar dinero contra diferentes enfermedades. En una de ellas, pro animales abandonados, se subastó un óleo con la imagen de Nati Abascal que fue rescatado de un contenedor de basura.

Otro cuadro fue noticia ayer en Valencia, cuenta Felip Pinazo. Se trataba de La mujer de azul, una obra pintada por Hitler que unos cacos robaron en abril de 1997 de la furgoneta de un galerista. El coche estaba aparcado en una plaza donde se celebra un mercadillo y allí mismo lo vendieron. La policía valenciana recuperó el cuadro después de encontrar en febrero al hombre que lo compró a los ladrones y ahora a un holandés que lo recompró.

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