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Andalucía de la A a la Z Ñaca-ñaca: Archivo de indias

Descontextualizadas, estas cuatro sílabas forman un mensaje subliminal, un sutil aparato propagandístico de una conocida marca de arroz. Por un silogismo en bárbara, como es eso mismo lo que se le echa a los novios cuando salen de la iglesia o del juzgado, existe una segunda lectura del enlace: Vivan los novios y su primera noche de bodas. Vivan el arroz y el ñaca-ñaca. La palabra no aparece en el diccionario, donde sólo se le aproxima el término ñacanina: víbora grande y venenosa. Allá los misóginos con sus turbias interpretaciones. Ñaca-ñaca es la única voz con la patriótica eñe que aparece en un diccionario alternativo, el libro Así hablamos (también), una obra del profesor Manuel González Salas editada por el Servicio de Ayuda a la Comunidad Universitaria (SACU). "A manera de onomatopeya, acción y efecto de ayuntarse". No en el sentido de Ayuntamiento, pero sí en el de corporación corpórea, cuando se consuma "el desorden de tu cuerpo", como tan bellamente lo decía Álvaro Mutis en la carta que Maqroll el Gaviero le escribe a su amada Flor Estévez. El término ñaca-ñaca aparece en el musical veneciano de Woody Allen Todos dicen I love you como contrapunto de una fuga amorosa a Bora-Bora. Hay que defender la eñe de los cañonazos informáticos. En el diccionario de la Academia, es un auténtico archivo de indias: voces guaraníes (ñacurutú, ñandú, ñandubay, ñandutí, ñapindá); voces araucanas (ñire, ñocha), y una voz quechua: ñuto, carne blanca o ablandada a golpes. Ñangué es en Cuba túnica de Cristo y ñangotarse en Puerto Rico la acción de ponerse en cuclillas. En esta búsqueda, uno ha encontrado paralelismo entre un tríptico serrano del juego de las canicas -ñacle, nicle, colaste- y una voz hondureña del juego del trompo, ñique. Ñaca-Ñaca es pariente lejana del término ñaque: conjunto o montón de cosas inútiles y ridículas, en su primera acepción; compañía antigua de dos cómicos, en la segunda.

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